Mueve a muchas sospechas las muchas y repetitivas declaraciones del presidente de la JCE, Roberto Rosario, asegurándonos que estas serán las elecciones más limpias de cuantas hayan sido hechas, y que la población reconoce la honorabilidad, respetabilidad, profesionalidad y muchísimas cosas más de la institución encargada de organizar las elecciones.
Comenzando porque no pueden ser elecciones limpias cuando vemos la bochornosa sobre-propaganda a que nos tiene sometidos el PLD desde hace meses. No pueden ser limpias cuando la reelección ha sido impuesta forzando de forma grosera la Constitución para permitir que Danilo Medina se reelija.
Tampoco pueden ser limpias cuando el PLD-Gobierno ha hecho “alianzas-pactos-contratos-negocios” con 17 de los 26 partidos participantes para que lleven como candidato a su candidato. Esas “alianzas del mal” son en principio cuasi pruebas de que no existe un sistema de partidos confiable para los votantes, para la democracia. No pueden ser limpias porque quien se quiere reelegir y su partido han tomado todos los espacios de Poder sin importarles el cómo. Con esa estrategia, y pandillas conocedoras de la madeja de corrupción integral para mantenerse en el poder absoluto, será difícil salir de esta trampa.
Roberto Rosario siempre ha sido motivo de conflicto y desconfianza dentro del sistema electoral, para los votantes como para los mismos directivos en la JCE. Sólo hay que revisar la hemeroteca sobre las elecciones anteriores. Y Rosario ha sido dirigente del PLD casi desde siempre. Además, ya lo dijo hace poco: “…organizar unas elecciones en República Dominicana requiere de mucha creatividad”. Y si, lo sabemos que necesitarán mucha “creatividad”; ya un funcionario reeleccionista anunció: “Esos “veedores” no podrán ver más de ahí”. Por eso se está pidiendo que se cuenten los votos manualmente en las mesas electorales. Ante tanta creatividad hay que ser cauteloso y revisar hasta dos veces.
El apabullamiento propagandístico, ad nauseam, de Danilo Medina y Roberto Salcedo en calles, radios, TV, prensa e internet nos da una idea de que estamos lidiando con gente vanidosa que no les da vergüenza verse repetidos en cada esquina con rostros falsos de photoshop y eslóganes que ni el más tonto se cree. Como un “Horizonte de Sucesos” que ninguna cosa alrededor de ellos pueda escapar.
Modificar la Constitución para reelegirse fue un acto vil. Alguien que había prometido repetidas veces no hacerlo. Ya no les importa nada. Es tal la impudicia a que han llegado los peledeístas que Reinaldo Pared nos pide que Medina tenga un Congreso con mayoría cómoda para gobernar. Mayoría espuria es lo que tendríamos en el Congreso si nos dejamos llevar como un hato al matadero. La reelección es un sumidero fétido y será mala para todos.