Washington. El Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) iniciaron ayer sus reuniones anuales, que llegan en un tiempo convulso de conflictos internacionales, fragmentación, bajo crecimiento y deuda elevada.
Así lo afirmaron los líderes de ambas instituciones, Kristalina Georgieva y Ajay Banga.
En su tradicional discurso previo a estas reuniones, la directora gerente del FMI alertó del “futuro difícil” por el bajo crecimiento y la elevada deuda y urgió a los gobiernos a trabajar para reducirla y a “reconstruir los amortiguadores para el próximo shock, que seguramente llegará”, tal vez antes de lo esperado.
Desde hoy y hasta el viernes, en las sedes de ambas instituciones se celebrarán ponencias y reuniones de alto nivel donde participarán ministros, presidentes de bancos centrales y otras autoridades económicas, quienes dialogarán sobre el estado de la economía mundial y los retos futuros.
El FMI presentará además varios informes económicos. Entre ellos, el martes publicará la actualización de sus perspectivas económicas globales (el reporte WEO, por sus siglas en inglés).
Georgieva adelantó que se verá que “China se está desacelerando”, que “la India y otras partes de Asia se están acelerando” y que a Estados Unidos le está yendo “bastante bien, mientras que Europa puede hacerlo mejor”.
Desde el Banco Mundial también afrontan el evento como una oportunidad para señalar el sentido de urgencia a actuar para revertir la situación y evitar un escenario peor.
Banga afirmó que las reuniones deberían servir no tanto para contemplar los problemas sino para ver qué pueden hacer las multilaterales y Gobiernos para mejorar la situación.