La implementación del Sistema de Control de Comprobantes Fiscales ha cambiado radicalmente la manera en que las empresas dominicanas administran los registros y gastos, pero además la forma de presentación de sus resultados económicos con fines fiscales. El Número de Comprobante Fiscal (NCF), es un número que la Dirección General de Impuestos Internos (DGII) asigna a empresas y personas físicas que realizan transacciones comerciales. La aplicación de dicho número fue establecida en el Decreto 254-06 que establece el Reglamento para la Regulación de la Impresión, Emisión y Entrega de Comprobantes Fiscales como una manera de organizar la transferencia de bienes y servicios y reducir la evasión de impuestos.
Desde el punto de vista de la administración tributaria el sistema ha significado un cambio substancial en la forma de dar seguimiento a la inconsistencia de las declaraciones. De modo que, engañar al Estado no resulta tan fácil, especialmente luego que los controles pasaron a ser automáticos, sustentados en un poderoso cruce de información.
En materia recaudadora los beneficios estimados acumulados del proyecto ascienden a 1.25% del producto interno bruto (PIB) según el corte realizado de entre 2007-2012 (referencia más reciente), tomando únicamente en cuenta el efecto sobre el Impuesto a la Transferencia de Bienes Industrializados y Servicios (ITBIS). De acuerdo a datos obtenidos en “MODERNA, la revista institucional de la DGII, el Departamento de Estudios Económicos de esa institución realizó una investigación que revela el impacto de la aplicación de los NCF. La DGII asegura que se ha generado mayor transparencia en la conducta de los contribuyentes. Concretamente, la institución se refiere a que se ha reducido el incumplimiento por parte de los contribuyentes, entre ellos, comerciantes, y se ha ampliado así la base de contribuyentes. En la actualidad, según indica la DGII en su publicación “MODERNA”, cerca de 70 mil contribuyentes remiten información de aproximadamente 400 mil proveedores, lo que permite realizar mayores y mejores cruces de información y detectar inconsistencias.
La distribución territorial de los usuarios de NCF va muy acorde con la concentración de la actividad económica. En cuanto a los proveedores reportados a través del NCF que se encuentran a su vez registrados en la DGII, la mayoría se ubica en el Distrito Nacional (38.9%), en la provincia Santo Domingo (14.1%) y Santiago (8.3%).
Si la factura no tiene el NCF carece de valor
La distribución del resto de los proveedores, según el organismo recaudador, es muy homogénea, pero se destacan la provincia La Vega (3.3%), La Altagracia (2.5%), San Cristóbal (3.3%) y Puerto Plata (2.7%). La menor concentración está en la zona fronteriza. Antes, cualquiera que prestara servicios, sin tener una compañía legalmente constituida, emitía facturas hechas en Word o Excel por el valor del servicio. Ahora la factura debe tener un NCF.