Toda medida que se adopte para disminuir la cantidad de accidentes de tránsito que se producen en el país y que ponen a República Dominicana encabezando la lista de los lugares donde mayor cantidad de muerte se produce por esa causa, siempre será una iniciativa loable.Y si la gestión toca la parte educativa, la que debe ser la materia prima de la prevención, entonces el propósito alcanza mayores dimensiones y expectativas beneficiosas.
Un entrenamiento mediante el cual la Escuela de Educación Vial certificó a 48 conductores, debería ser un proyecto de mayor alcance no solo en el sector público, sino global porque no solo las instituciones del Estado dominicano necesitan capacitar y profesionalizar a sus conductores.
Si se observa la forma temeraria como camioneros, guagüeros, motociclistas y choferes del concho toman las calles cual si fuera una competencia de mal manejo, se entiende porqué República Dominicana es el país que lidera las muertes por accidentes de tránsito, con el agravante de que el 85% de los accidentes involucra a las motocicletas.
Transitar en una moto por las aceras, en vía contraria, subir a la raya por la que deben cruzar los peatones en las esquinas cuando el semáforo está en rojo para los vehículos, son violaciones que se ven a diario por las calles y avenidas del Gran Santo Domingo y el resto del país. Son violaciones tan frecuentes que hacen pensar que quienes las cometen ignoran que están infringiendo la norma que regula el tránsito. En el caso de los motociclistas pudiera ser esa la realidad porque la mayoría no tiene licencia de conducir. En los demás casos, se trata de irrespeto a la ley.
Por esa práctica de irrespeto masivo a la norma de tránsito, es positiva la iniciativa de la Escuela Nacional de Educación Vial (Enevial) de educar a los conductores para prevenir accidentes, primer causante de muertes en República Dominicana. Hacer que la educación vial llegue a las instancias, públicas y privadas, donde se concentren muchos conductores, como sindicatos de transportistas, grandes empresas, asociaciones de motoconchistas y otras organizaciones, sería un buen mecanismo de prevención de accidentes. La nueva ley de tránsito es bastante rigurosa en las penalidades. Complementarla con educación vial sería una ayuda útil. Hagámoslo.