Minutos antes de que el Consejo Nacional Electoral de Venezuela (CNE) anunciara los resultados irreversibles de las elecciones presidenciales, en el territorio nacional miles estaban en vilo. A través de los canales internacionales de noticias y de redes sociales como Twitter, habían seguido minuto a minuto la contienda electoral entre el presidente Hugo Chávez Frías y el candidato opositor Henrique Capriles Radonski. Y con mucha razón.
Las votaciones del pasado domingo tenían una relevancia histórica para los cientos de venezolanos que residen en este país (la mayoría opositores); para los dirigentes políticos locales que admiran o rechazan las prácticas del gobierno bolivariano; y, especialmente, para quienes recordaban que el convenio de cooperación energética conocido como Petrocaribe estaba en juego.
En sus discursos de campaña Capriles llegó a decir que, de ser electo presidente, dejaría de “regalar” el petróleo venezolano a otros países, como según él, lo hace Chávez.
Una medida como esa provocaría que República Dominicana dejara de recibir 50 mil barriles diarios de crudo venezolano, con un financiamiento anual de 1% y un plazo de pago de hasta 20 años. Es decir, se traduciría en serios problemas para la frágil economía nacional. Se dice que, por este tema, el nerviosismo llegó a la puerta del Palacio Nacional y a varios rincones de la cúpula del oficialista Partido de la Liberación Dominicana (PLD).
“Esta noche (el presidente) Danilo Medina duerme tranquilo. Habemus Petrocaribe”, expresó el politólogo Daniel Pou, a través de su cuenta en Twitter luego de conocer el boletín que confirmaba la reelección presidencial de Hugo Chávez con más del 54% de los votos.
Ayer Medina envió una carta al mandatario suramericano para felicitarlo por su nuevo triunfo.