El maestro Antonio Guadalupe, como presidente del Colegio de Artistas Plásticos Dominicano, ha creado un programa cultural para los fines de semana diseñado con la intención de llevar las artes plásticas al corazón de la Ciudad Colonial. El tramo entre las calles Isabel La católica y Las Damas, que es donde queda el Codap y la Escuela de Bellas Artes, se ha llenado de caballetes, óleos, acrílicas, telas y pinceles que, manipulados por artistas consagrados y jóvenes, van creando la ilusión de la felicidad a través del arte.
Micky Vicioso, Freddy Javier, Said Musa, Miguel Gómez, y Antonio Guadalupe, entre muchos otros más, han decidido que la calle es para los artistas dominicanos. Que el arte que vean los turistas y amantes de la Ciudad Colonial sea arte de calidad y dominicano. Esa es la respuesta que nuestros artistas están dando al hecho de que la calle El Conde ha sido “secuestrada” por un mercado desorganizado, exógeno a nuestra cultura, y sobre todo de bajísima calidad; y ese es el arte que los extranjeros y turistas se llevaban pensando que es arte dominicano. Ahora, los fines de semana hay arte bueno, dominicano, y a buen precio.
La Ciudad Colonial, la Zona para los muy jóvenes, junto al Malecón, son los dos únicos lugares de verdadera belleza e interés turístico que tiene Santo Domingo; pero se nos está cayendo encima con tanto arrabal, suciedad, casas en deterioro, cableado de alumbrado exterior tipo “plato de spaghetti”, y raterismo de navaja y motocicleta Passola.
La idea de crear el Distrito del Arte dentro de la Ciudad Colonial, con sus artistas viviéndola, trabajándola y disfrutándola, es una genialidad de quienes aman a la primera capital de América.
Por desgracia, el oficialismo ha creado demasiadas instituciones para regular la ciudad, y lo que ha hecho es una confrontación de intereses de burócratas. Gentes que no hacen ni dejan hacer, y entre ellos el principal problema es la Alcaldía del Distrito Nacional. Gente ineficaz, peleona, que sólo inspecciona y persigue para cobrar arbitrios e impuestos a quienes están haciendo algún trabajo bueno por la Ciudad Romántica.
Y luego están los que regulan el patrimonio cultural colonial, gente sin ideas para hacer cosas, sólo para que no se hagan. La Ciudad Colonial, la primera capital europea en América, merece cariño, brillo, mejores administradores. Ejemplos existen de que se pueden hacer las cosas bien: Cartagena de Indias en Colombia o La Antigua en Guatemala.
Los artistas plásticos dominicanos están dando la cara y su obra por la Ciudad Colonial, ahora démosla nosotros visitándoles y exigiendo a las “autoridades” ayuda en esa aventura.