La salida más fácil que ha encontrado la izquierda trasnochada para explicar lo que ha sucedido en Brasil con Dilma Rousseff es que es un golpe clasista, machista o partidista. Otros han ido por lo institucional, y han dicho que es el resultado del balance de los Poderes del Estado, y que así es que se supone que debe funcionar una democracia.
Que sea mujer, de izquierda, y que en su juventud haya sido torturada por la dictadura de ese entonces no la hace inocente o culpable hoy, cuando es presidenta del Poder Ejecutivo brasileño. Como jefa del gobierno debe responder por la corrupción y el maquillaje de las cuentas oficiales en su gobierno, así como Lula debió responder en su momento por los mismos cargos. Es una lástima que un personaje como Temer, gris y ahora traidor, asuma la presidencia, pero eso es otro discurso.
Tenga o no cargos de corrupción, cargos penales, contra ella individualmente, ya se verá, pero ahora es a su gobierno a quien están sometiendo a juicio político por administración indebida, por omisión y por hechos de encubrimientos. Dilma es la responsable de su gobierno. Es imposible creer que ella no sabía nada de todo lo que pasaba en Petrobras, y con los sobornos de Odebrecht. Demasiado dinero de por medio. El encubrimiento a Lula, que está siendo investigado penalmente, y tiene bienes embargados, tratando de montarlo en un cargo ministerial con inmunidad momentánea fue un gravísimo error, para no decir un acto delictivo de complicidad en delito. Dilma si no ha sido culpable por acción, lo ha sido por omisión voluntaria de hacer su trabajo. ¿Que no la ayuda ser mujer? es verdad; ¿pero no ayuda a que? ¿A seguir de presidente? ¿A no responder por lo que sucedía bajo su responsabilidad?. En Brasil hace mucho que hay mucha corrupción, y parece que todos sus dirigentes están embarrados, y todos deberían ser llamados a Justicia por ellos! Empezando por Lula… Y es ahí donde Brasil tiene la responsabilidad inmensa de no dejar el tema en Dilma. A Dilma no se la esta juzgando penalmente, hay muchos que sí debían estar en la cárcel por robo. Con Dilma más bien es un juicio político por “dejar hacer, dejar pasar” y, sobre todo, encubrir a Lula y su pandilla. Dilma está siendo destituida por violar la legislación respecto a la salud fiscal del país, dando la impresión de que todo estaba bien, para reelegirse. Una lástima que los jueces para decidir los hechos sea una pandilla de políticos corruptos, pero algo está empezando a sentirse en Latinoamérica: La reelección es mala, crea monstruos.