De la declaración de “El Estado se impuso” a “Ganó con el dinero del Estado” hay unos cinco años; pero ambas están referidas a la misma persona. El omnipresente Estado en República Dominicana no es más que el gobierno de turno y, a partir de agosto del año 2012 probablemente será Danilo Medina. El “probablemente” viene a cuentos porque el Estado dominicano está prisionero del grupo económico dirigido por Leonel Fernández y su hijo, según sus propias palabras, cuando se refirió a Félix Bautista.
Desde que se inició el proceso electoral se tuvo plena conciencia de que se trataba de una competencia contra el Estado, con su presupuesto nacional y su gobierno, y éste se impuso.
No habrá necesidad de recurrir a tribunales electorales con jueces ad-hoc que se han conformado, ni habrá que recurrir a los tribunales y altas cortes penales ad-hoc que se montaron, pues no habrá juicio a nadie; el “Estado ad-hoc” se impuso.
Ahora empieza el dilema. El dilema del prisionero del Estado que una vez perdió por él, y ahora gana por él. Habrá que darle los 100 días a Danilo Medina para ver cómo gobernará, es lo que la nobleza obliga; pero hay que tener en cuenta que él y su grupo han estado al lado del Gobierno, y se han callado todo lo malo que han hecho; además hasta la esposa del presidente actual, quien dirigió un presupuesto superior al de varios ministerios, seguirá ahora como vicepresidente.
A todo eso no queda más que recordar el ejemplo que nos ponían en clases de economía sobre “El dilema del prisionero”, en el que la policía arresta a dos sospechosos de un crimen. No se han encontrado pruebas suficientes para condenarlos y, tras haberlos separado, un oficial de policía los visita a cada uno y les ofrece el mismo trato.
Si uno confiesa y su cómplice no, el cómplice será condenado a diez años de prisión mientras que el delator será liberado. Por el contrario, si calla y el cómplice confiesa, el primero recibirá esa pena y el cómplice será quien salga libre.
Pero si ambos confiesan el crimen, cada uno recibirá una condena menor, de sólo seis años. Si ninguno confiesa, ante la falta de pruebas, no pasarán más de seis meses en la cárcel acusados de un cargo menor.
En el fondo del dilema se plantea la cuestión de si es más rentable ser altruista y hacer las cosas como deben ser según la ética o, por el contrario, aquellos que son altamente egoístas son los que finalmente salen ganando
Pero en el ejemplo, sabemos que ambos no son éticos.