La difteria es una infección bacteriana aguda y extremadamente contagiosa que afecta principalmente la nariz y la garganta, y que puede ser mortal sino se atiende debidamente.
La difteria es una enfermedad causada por la bacteria Corynebacterium diphtheriae, que infecta la zona alta del aparato respiratorio y se multiplica sobre las mucosas de la nariz y la garganta. Aunque menos frecuentemente, puede afectar a otras zonas como la piel, las conjuntivas o los órganos genitales.
Según la Organización Panamericana de la Salud, en la República Dominicana entre 1997 y 2000 se detectaron 145 casos de difteria con 36 defunciones, por lo cual se han realizado varias campañas de vacunación para prevenir esta enfermedad.
La muerte a causa de esta enfermedad de un niño de tres años, de procedencia haitiana, ocurrida este mes en el hospital San Lorenzo de Los Mina, mas el fallecimiento de una niña de tres años residente en Monte Cristi afectada también por esta enfermedad, registrada por el Sistema de Vigilancia Epidemiológica, obligó al país a activar medidas preventivas y profilácticas para evitar el surgimiento de nuevos casos, ya que se trata de una enfermedad altamente infectocontagiosa.
De acuerdo con el epidemiólogo Luis Reyes, del Hospital Infantil Dr. Robert Reid Cabral, la difteria es altamente contagiosa y se contrae a través de las vías respiratorias, de manera que cuando una persona infectada tose, estornuda o habla, libera pequeñas gotas microscópicas, que se propagan por el aire, y que pueden ser inhaladas por las personas que se encuentran próximas, infectándolas. Por ello, el hacinamiento y la mala higiene son factores de riesgo que aumentan la probabilidad de contagio de la enfermedad. Otra vía de transmisión mucho menos frecuente es a través de objetos contaminados por secreciones de personas infectadas (cepillos de dientes, vasos, etcétera), ya que el microorganismo puede sobrevivir varias horas en el medio ambiente.
Según el especialista, la difteria ataca sobre todo, a niños menores de cinco años y a personas mayores de 60.
El galeno explica que las personas no tratadas infectadas con difteria usualmente son contagiosas por hasta dos semanas, y menos frecuente por más de cuatro. Si son tratadas con los antibióticos apropiados, el periodo de contagio puede limitarse a menos de cuatro días.
Síntomas
Reyes expresa que los principales síntomas de esta enfermedad, que suelen presentarse entre el primer y séptimo día, después que la bacteria se ha incubado en el organismo abarcan dolor de garganta y de cabeza, escalofríos, coloración azulada de la piel, secreción nasal espesa, problemas respiratorios, tos, babeo, fiebre y ulceraciones en la piel.
El epidemiólogo explica que de no tratarse a tiempo la infección con los medicamentos adecuados, el paciente puede presentar complicaciones graves como daños en el corazón, ya que la toxina bacteriana puede llegar a la sangre y diseminarse a través de la circulación sanguínea.
Dice que puede producir inflamación del músculo cardíaco, llegando en ocasiones, a causar la muerte por parada cardíaca. También puede afectar el sistema nervioso, ya que cuando se ven afectados los nervios pueden aparecer parálisis musculares, lo que se traduce en dificultad para caminar, tragar o hablar. En los peores casos el enfermo puede fallecer por la parálisis de los músculos encargados de la respiración. Otros órganos del cuerpo que podrían verse afectados por esta enfermedad si no es tratada debidamente, son los riñones.
El tratamiento de la difteria se basa en el uso de antitoxina y antibióticos. Debe iniciarse lo antes posible, y requiere ingreso hospitalario y aislamiento.
Hay que vacunar a los bebés contra este mal
El epidemiólogo Luis Reyes explica que la difteria ataca principalmente a personas que no tienen puesta la vacuna correspondiente, la que debe aplicarse en los primeros 18 meses de vida, dividida en 6 dosis, reforzándola en la adolescencia junto a la del tétanos y la tosferina.
Explica que, según las estadísticas una de cada 10 personas que contrae difteria podría morir por consecuencia de la enfermedad si no es atendida debidamente y que en niños menores de 5 años el deceso ocurre en uno de cada cinco.