“Somos lo que comemos”, dice un adagio popular, y no es cuento de camino. Todo lo que nos llevamos a la boca ejerce un efecto sobre nuestra salud. Cada día se hace mayor énfasis en la importancia que tiene para el organismo observar una sana alimentación combinada con ejercicios físicos moderados. Agosto es el mes reservado en nuestro calendario a concienciar sobre la diabetes y, en este sentido, se destaca la importancia que tiene nuestra alimentación. Para documentarnos a fondo hemos abordado a la nutrióloga clínica Wendy Santos.
¿Cuándo puede desencadenarse una diabetes?
La diabetes aparece cuando las células del cuerpo son incapaces de responder a la insulina, lo cual hace que los tejidos corporales absorban menos glucosa de la sangre, lo que se denomina «resistencia a la insulina». Para compensar, el páncreas produce y secreta más insulina para eliminar la glucosa de la circulación, lo que hace que con el tiempo se agote. Llega un momento en el que es incapaz de producir suficiente insulina para cumplir con las necesidades del organismo, y esto conduce a niveles altos de glucosa en sangre (hiperglucemia) y, finalmente, al desarrollo de la diabetes.
Existen dos tipos de diabetes: la diabetes tipo 1, que es una enfermedad autoinmune que destruye las células productoras de insulina del páncreas. Representa de 3-5% de los casos de diabetes en el mundo. Se desarrolla más frecuentemente en niños y adultos jóvenes, pero puede aparecer a cualquier edad. Hasta la fecha no existe una terapia demostrada para prevenir o curar la diabetes tipo 1. La diabetes tipo 2 es causada por una combinación de resistencia a la insulina y deficiencia de dicha hormona. Representa el 95% o más de casos de diabetes en el mundo. Suele presentarse en personas de mediana edad o ya ancianas. Pero está presentándose cada vez más en niños, adolescentes y jóvenes adultos con sobrepeso. Esta se puede prevenir o retrasar notablemente mediante intervenciones sencillas y económicamente eficientes.
¿Qué papel juega la dieta?
Comer bien para mantener un peso saludable es una de las cosas más importantes que podemos hacer para reducir el riesgo de padecer diabetes tipo 2. Un buen control alimentario reduce la probabilidad de padecer diabetes, a la vez que ayuda a prevenir otros trastornos como hipertensión o aumentos del colesterol, habitualmente asociados a la diabetes y que incrementan la posibilidad de sufrir enfermedades cardiovasculares.
Las personas deben saber que la diabetes tipo 2 se puede prevenir solo con realizar algunos cambios en su alimentación y estilo de vida.
Alimentación saludable y equilibrada
Elige alimentos que sean saludables. Intenta comer alimentos con bajo contenido de grasa, pero con un alto contenido de otros nutrientes, como cereales y panes integrales, frutas, verduras, productos lácteos bajos en grasa y proteínas magras. Estos son alimentos estupendos que ayudarán a mantener un peso normal y saludable y que permitirán prevenir la diabetes tipo 2.
Restringe el consumo de comidas rápidas y refrescos con azúcar. Ingerir gran cantidad de comidas rápidas, abundantes en calorías, y bebidas con alto contenido de azúcar, como jugos, refrescos o helado, también contribuye al aumento de peso.
Otras recomendaciones
Bajar de peso: En el estudio denominado “Programa de Prevención de la Diabetes” se descubrió que las personas con sobrepeso que bajaban entre un cinco y un siete por ciento de su peso total podían reducir el riesgo de desarrollar la diabetes en un 58 por ciento. Con solo comer alimentos con menos calorías y hacer ejercicio media hora al día cinco días a la semana, se logro? más que tomando medicamentos para aprovechar mejor la insulina.
No se trata de bajar hasta llegar al peso “ideal” para reducir el riesgo; con solo reducir de 10 a 20 libras ya se observa el efecto. Es cosa de mantener el peso consumiendo comidas saludables y haciendo ejercicio con regularidad.
Realizar actividad física: Practicar ejercicio físico de forma habitual aporta numerosos beneficios: mejora los niveles de colesterol, la presión arterial, ayuda a controlar el peso corporal y, especialmente, mejora la resistencia a la insulina, factor clave en el desarrollo de la diabetes. Además, nos aporta beneficios psicológicos como la disminución de los niveles de ansiedad o el aumento de la autoestima y la autoconfianza.
¿Qué papel juega el metabolismo?
El metabolismo basal es el gasto mínimo de energía necesaria para que el organismo pueda subsistir. También se puede decir que el metabolismo basal es el gasto calórico diario imprescindible para que el organismo de un ser humano pueda seguir en funcionamiento. Acelerar el metabolismo basal es sinónimo de quemar calorías y, a su vez, perder peso.
La rapidez con que nuestro cuerpo quema calorías depende de una gran variedad de factores, tales como el sexo, el ejercicio, la edad, la alimentación, temperatura, el peso, la talla, etcétera, por lo cual una persona que tiene un metabolismo lento gasta menos calorías que una persona que lo tiene rápido, por lo cual las calorías que ingiere diariamente deben adecuarse conforme a lo que puede gastar, ya que el exceso puede almacenarse ocasionando sobrepeso.
¿Es cierto que el ejercicio basta para mantener los niveles de azúcar controlados en nuestra sangre?
El ejercicio llega a ser eficaz cuando se acompaña de una alimentación balanceada, son dos cosas que van de la mano y necesitan implementarse juntas para lograr apreciar los resultados, sobre todo en el paciente diabético tipo 2.
¿Cómo lograr educarnos desde niños para evitar caer en la obesidad y de ahí a tantas otras condiciones que deterioran la salud?
Los niños y los adolescentes pueden prevenir o retrasar la diabetes por muchos años. Pequeños cambios pueden hacer una diferencia. Incluso una pequeña pérdida de peso puede prevenir el comienzo de la diabetes.
Es difícil perder peso, especialmente si lo hace solo. Entonces, incluya a toda la familia en sus esfuerzos. Después de todo, una dieta saludable para prevenir la diabetes es una medida saludable para todos.
Aconsejable
•Tomar agua: limitar las bebidas con azúcar como las gaseosas, jugos, bebidas con cafeína y bebidas deportivas. Estas bebidas contienen calorías sin ofrecer ningún valor nutricional.
•Comer más frutas y verduras. Si no puede conseguir productos frescos, compre congelados y enlatados (en jugo natural, no jarabe). Son más baratos, más fáciles de preparar y no se ponen feos.
•Haga que las meriendas saludables sean más fáciles de acceder. Ponga unas uvas, zanahorias, o palomitas de maíz (pochoclo) sobre la mesa de la cocina.
•Limitar la comida rápida. Cuando escoja la comida rápida elija alimentos saludables, como ensaladas sin aderezo o alimentos a la parrilla en vez de comida frita.
•Prefiera refrescos de bajas calorías o leche con menos grasa.
•Opte por papas horneadas o rebanadas de manzana en lugar de papas fritas.
•Pida una comida de tamaño para niños, así puede controlar sus porciones.
•Aprenda a preparar el plato: Llene la mitad de su plato con verduras sin almidón, el otro lado del plato con proteína magra y el resto con carbohidratos, como arroz o fideos de trigo integral.
Limite el tiempo que pasa mirando la televisión o con productos electrónicos no más de dos horas por día. Esto incluye la televisión, la computadora, el teléfono celular y los videojuegos. Póngase en marcha: los niños y los adolescentes deben hacer 60 minutos de ejercicio casi todos los días de la semana. Aquí algunas ideas para que su familia tenga una vida más activa.
•Camine, ande en bicicleta.
•Suba el sonido de la música y baile.
•Camine afuera, en un centro comercial, en un parque o en un museo.
•Suba las escaleras en vez de usar el ascensor.
•Bájese del autobús antes de su parada y camine hasta llegar a su destino.
•Estacione su automóvil más lejos de la puerta de entrada, así camina un poco más.