La desunión que se advierte entre las dos tendencias del Partido Revolucionario Dominicano encabezadas por su presidente, ingeniero Miguel Vargas Maldonado y su candidato presidencial Hipólito Mejía, les amenaza con un posible fracaso electoral en las elecciones del 2012.
Siempre se pensó que ya para esta época del año habrían llegado a su final las diferencias existentes a lo interno del PRD.
Por el contrario, cada día parece cobrar mayor fuerza el alejamiento mantenido en las altas instancias perredeístas, lo que no ocurre igual a nivel de sus bases.
Salvo aquella escena de cordialidad que se dio entre Vargas Maldonado e Hipólito Mejía a raíz de los resultados de la controversial convención nacional del PRD, ninguna otra señal posterior de unidad se ha podido advertir entre las dos partes en pugna, lo que nada bueno augura para el partido blanco.
Históricamente ha sido imposible para un partido dividido poder alcanzar el poder en ninguna parte del mundo, y mucho menos en la República Dominicana donde el fanatismo político es tan marcado.
Salvo encono muy sostenido como parece subsistir en la actual etapa que vive el perredeísmo, no habría ninguna razón valedera para que todavía a estas alturas no se haya producido una integración efectiva que demuestre la unidad de que siempre hizo galas ese partido, aún en sus momentos más difíciles.
Esa es una máxima del momento, sobre todo en esta ocasión, cuando el enfrentamiento político del PRD es con una organización que, como el Partido de la Liberación Dominicana, tradicionalmente siempre fue tan sectaria y unida.
Y, es que, contrario al PRD, el PLD ha sabido guardar y disimular muy bien sus diferencias internas, mostrando así un ventajoso ejemplo de unidad ante la población votante.
En cuanto al partido blanco, mantenemos el criterio de que lo más conveniente para todas las partes es que se ponga fin al alejamiento existente entre sus dos máximos líderes.
Ya lo de Hipólito es un hecho irreversible que no tendría forma de un retorno hacia atrás.
Por su parte, Miguel conserva un bien ganado liderazgo dentro de su partido, lo que le garantiza desde ya un futuro promisorio favorable a su posible candidatura presidencial en los comicios generales del año 2016; pero para lo cual, insistimos, éste debe contar desde ya con el apoyo del sector que lidera el ingeniero Hipólito Mejía.