Se había anticipado que estas elecciones serían “complejas” pero quién imaginaría que al punto de generar el nivel de conflictividad que estamos viendo hoy. Casi una semana después de la votación hay tensión en muchas comunidades; contamos saldo de muertos, heridos, detenidos. No ha sido el tradicional “pataleo” sino una situación de inconformidad ampliada, en el marco de las evidentes debilidades de organización y logística que acusó el proceso, por situaciones de tecnología y personal que aún no están claras. Se torna palpable que, lamentablemente, la JCE no ha salido bien parada del proceso comicial, lo que menos esperábamos. Nuestra nación debe asumir esta experiencia electoral con firme voluntad de aprender de los errores y sentar bases institucionales para no repetirlos. 

“Y lo peor es que no toman en consideración las aspiraciones y la conciencia democrática que han ido ganando terreno en todos los sectores claves de la nación”. La afirmación de la Finjus relativa a la propuesta de ley de partidos del PLD, transmite que no solamente el aspecto de que “los cargos electivos pertenecen al partido” sería constitucionalmente objetable en ésta, sino prácticamente el conjunto de sus formulaciones. Si tan oscuro como lo analiza la FINJUS es el trasfondo de la iniciativa que viabilizaría –presumíamos-, la consecución de una legislación para democratizar y racionalizar el sistema de partidos, parece necesario poner en suspenso los entusiasmos. Decepciona mucho que discípulos de Juan Bosch sean los endosantes.

¿De qué madera están hechos nuestros políticos? ¿Cuándo dejarán de conducirse como seres sin más visión política y moral que la del poder por el poder? Discípulos de Juan Bosch encaminan proyectos políticos particulares a un año del actual mandato del PLD, su partido, y cuando la gravedad de los problemas nacionales demanda líderes que contribuyan en pensamiento, acción y ejemplo a la solución. El presidente Danilo Medina intenta hacer un gobierno fructífero, su popularidad lo confirma. Sus compañeros en tanto, enfatizan que este país no tiene dolientes. Todos en sus ambiciones, sin mirar más allá. Decepcionante cómo ha degenerado –un término favorito de Bosch-, el partido fundado para “concluir la obra de Duarte”.