La confianza de algunos suele llegar a límites sorprendentes, mientras otros dudan sin titubeos, pues sólo quienes tienen un alto conocimiento de su fuente, se atreven a realizar lo extremo. El Señor recalcó en Oseas 4:6: “Mi pueblo perece por falta de conocimiento”; tal vez debió decir: perece porque le falta santidad o porque pecó contra mí, pero habló abiertamente de la ignorancia de quienes deberían ser sus mejores conocedores. Hoy contemplamos asombrados que, quienes deben emular su carácter están a años luz de comprender sus normas, conceptos y voluntad. ¿Qué hace falta entonces? Esa confianza basada en una relación extraordinaria, como la tuvo David, quien fue a la batalla “sin espada”, pero con el conocimiento y seguridad de aquel que estaba comprometido con su victoria.
¡Deben conocerle!
La confianza de algunos suele llegar a límites sorprendentes, mientras otros dudan sin titubeos, pues sólo quienes tienen un alto conocimiento de su fuente, se atreven a realizar lo extremo. El Señor recalcó en Oseas 4:6: “Mi pueblo perece por…