Desde hace más de 30 años he sido columnista habitual en diferentes periódicos nacionales.
Durante esos años me he referido generalmente a temas económicos de mi especialidad, tratando siempre de ser objetivo y respetuoso.
Por lo tanto, independientemente de las preferencias electorales que pude tener en el pasado certamen, la realidad es que por disposición de la mayoría de los votantes, durante los próximos cuatro años el presidente de todos lo será el licenciado Danilo Medina.
De ahí que mi sincero deseo es que haga el mejor gobierno que registra la historia de la Nación, por la sencilla razón de que de esta forma se beneficiará el país y consecuentemente nos beneficiaremos todos.
En consecuencia, mi determinación es seguir manteniendo una columna constructiva y respetuosa, no en espera de dádiva gubernamental, sino porque en estos momentos esta es la actitud que le corresponde asumir a todos los dominicanos.
Todo parece indicar que el exceso desmedido de gasto que llevó a cabo el pasado gobierno en los primeros siete meses del presente año, ha causado problemas a la economía nacional, tal y como lo advertí oportunamente en esta columna.
También advertí que “alguien tendría que pagar la cena”, pues en economía nada es gratis.
Por eso he considerado muy positivas las medidas de austeridad anunciadas recientemente por nuestro presidente, pues es al sector público el que le corresponde trazar la pauta en estos momentos.
La única observación que quiero hacer al respecto es que no veo ninguna razón para que muchas de estas medidas tengan sólo carácter temporal, pues lo más lógico y lo que la población espera, es que tengan carácter permanente.
El presidente Medina tiene que reconocer que el dispendio en los gastos gubernamentales que se produjo a todo lo largo de la pasada administración, fue una de las principales causas por lo cual un alto segmento de la población deseaba un cambio de gobierno.
De ahí que las medidas anunciadas no pueden ser consecuencia de la situación en que se encuentra la economía internacional, sino que las mismas deben servir para establecer la norma de conducta de nuestros funcionarios tanto en el presente, como en el futuro.
El presidente Medina debe también reconocer que prácticamente todos los gobiernos que habíamos tenido en los últimos años habían sido austeros, comenzando con los del doctor Balaguer, el de Antonio Guzmán y los demás.
El cambio de imagen se produjo en los últimos años bajo los gobiernos del PLD.
De ahí que ahora un gobierno de ese partido tiene el deber de cambiar esa imagen negativa que tienen en la población.
Si la línea de conducta de este gobierno que se inicia será la anunciada recientemente, puede contar desde ya con el respaldo de la población, que mucho lo necesitará en estos difíciles momentos. l
