Daniel Espinosa 16 años dedicado al diseño de joyas. Nacional de Taxco, una ciudad ubicada al norte del estado de Guerrero, en México, que ofrece vistas particularmente hermosas. Tanto, que ha sido apodada como “Ciudad Luz” , por la Secretaría de Turismo de este país. Y por supuesto, es mundialmente conocida por se la cuna de la plata de toda Latinoamérica.
De este último atractivo surge la pasión y vocación de Daniel Espinosa, un diseñador de joyas con 16 años dedicado a este negocio, con 60 boutiques repartidas en todo el mundo. Su comunicación con este metal precioso, empezó cuando el era muy niño, mientras veía desde la terraza de su casa, tipo colonial (como lo son todas las viviendas en Taxco), a otros infantes que ayudaban a sus padres a cargar los rollos de plata de un lado para el otro.
Es una “estampa maravillosa” afirma con nostalgia, pues ya esta práctica no existe. Estas prácticas junto a la joyería que practicaba con tanto cuidado su madre, se fueron instalando poco a poco en su corazón. Así fue como a los 17 años inició de manera personal un negocio para comprar y vender. “Años después me di cuenta que quería dedicar el resto de mi vida a esto (la joyería). Y para vivir de ello, tenía que profesionalizarlo.
“Es así como decido estudiar diseño de joyas y a los 22 años lanzo mi primera colección”, recuerda el reconocido diseñador, que ahora lleva con bastante energía y estilo sus 43. Espinosa hizo estudios de Historia de Arte en Florencia; de Moda en Holanda y de Marketing Internacional en la cosmopolita ciudad de Nueva York.
Pandora conversó con este diseñador durante su visita fugaz al país para presentar en su franquicia Daniel Espinosa, ubicada en el segundo nivel de Ágora Mall, su nueva colección de relojes de lujo así como la línea dedicada a los más pequeños, Sweet Dreams, que diseño conjuntamente a la actriz Aracelis Arámbula, inspirados en los dos hijos de la actriz con Luis Miguel.
Durante los casi 35 minutos que tardó la entrevista, descubrimos a un ser humano dispuesto a darlo todo por lograr sus metas y decidido a conquistar el mundo teniendo como arma el trabajo arduo e impecable, sin olvidar sus raíces y teniendo bien claro que su mejor legado es ser ejemplo para las futuras generaciones.
Pandora. ¿Qué lo hace a usted diferente como joyero en el trabajo específico de la plata?
Reconocer la habilidad que existía en el mercado y darme cuenta que llevaban 70 años haciendo lo mismo: piezas fantásticas pero sin una nueva visión. Yéndome a estudiar fuera me doy cuenta que existe esa posibilidad de aplicar esas mismas técnicas pero con una nueva visión; una más enfocada a la moda, más actual, vigente y que tuviese la posibilidad de tener presencia en todo el mundo, no sólo en cierto nicho de mercado.
P. A nivel mundial, el oro tiene un mayor valor e incluso se le da más importancia que la plata. Me parece muy curioso que se haya quedado con la plata para hacer joyería.
La verdad es que cuando estudié moda en Holanda, mis maestros me decían muy específicamente (y seguramente tenían razón como hoy lo estoy viendo), que nunca perdiera la esencia: ‘recuerda que la plata mexicana tiene muy buen nombre, el único tema es que no existen diseñadores vanguardistas, novedosos. Dale fuerza y siempre asegúrate de que todos sepan que eres un diseñador y un joyero de origen mexicano’.
Sus diseños están dirigidos especialmente a la mujer. ¿Qué vio en ellas que le inspiró?
Primero que nada, el origen de todo está en la joyería de mi madre y en la forma en que la forjaba. Finalmente lo veía y lo veo en casa, en cómo se cuidaban las joyas de cualquier metal, no solo de plata. Mi padre viajaba mucho y le traía piezas de la India, de China, de varios lugares y ellas las combinaba con la plata tradicional y de ahí viene ese gusto por reconocer y cuidar ciertos materiales. Sin embargo el oro o la plata, no es lo importante. Hoy por hoy, en el diseño, no es el valor del metal, es el diseño final per se.
P. ¿A qué tipo de mujer se dirige?
La colección está inspirada en una mujer cosmopolita, que reconoce y sabe que la moda es un elemento con el que se convive día a día y es una forma de expresión. De expresar lo que vives, lo que sientes, cómo estás, tu día a día. Ha sido pensada en una mujer que conoce de joyas, que sabe que un accesorio cambian un outfit completamente. En definitiva, que conoce de la moda.
P. Ha tenido alguna colección que haya acariciado con más cariño que otra…
Hay varias. Sin embargo, las que más he disfrutado crear hasta el día de hoy es la colección Infinito, porque se crea a partir de líneas que no tienen ni principio ni fin. Como la belleza, que es eterna e infinita. Cada año le doy un cambio, le agrego piedras, le cambio el color, pero que igual mantengo y que se ha convertido un ícono dentro de la marca. Luego están los cubos. En mi formación en Holanda quedé muy influenciado por esta forma geométrica. Al principio muy complicado porque a la mujer latina no le gustaban los cubos, es más sensual, de estilos redondeados. Se ha dado una nueva forma de presentarlos y estoy muy contento. Ha sido inspirada por el arquitecto mexicano Luis Barragán.
P. ¿Qué piezas podemos encontrar, además de la plata, en sus diseños?
Utilizo mucho los circones, que es un cilice que como el cristal se convierte en algo sólido, lúcido y transparente. A partir de metales se le va dando diferentes colores. La vamos a encontrar en la colección porque hace bellas las piezas sin necesidad de que sean costosas. P. Sin duda le ha ido bien. Ha logrado evolucionar como diseñador.
¿Cómo ha podido o como sido este transcurso, cual ha sido la clave para sobrevivir a la crisis económica?
Mira, algo muy particular de los latinoamericanos y a diferencia de los europeos, es que la mayoría hemos nacido con una crisis, hemos vivido con una crisis y hemos pasado las crisis. Sabemos lo que es una crisis y además sabemos que van y vienen. Por lo que a mi me quedó muy claro desde el principio. Al entrar con la plata, me fue más fácil, porque los precios eran relativamente más asequibles. Y cuando conviertes, creas una pieza con un metal noble pero que sea muy vistosa, llamativo, único… Al momento de la compra se vuelve algo exclusivo, que rápidamente puedes o no comprar, porque no es extremadamente costoso, que no hay que pensárselo dos veces para adquirirlo. El rango de precios en el que empecé a diseñar creo que ha sido un factor clave para poder hacer piezas muy vistosas, llamativas, sin que tengas que desprender de mucho.
P. ¿Para sobrevivir hay que ser creativo?
También. Yo creo que es muy importante tener una meta y es algo que se da poco, un diseñador con una visión de alguna forma creativa o de negocio. Lo que pasa es que yo empecé al revés. Empecé haciendo el negocio y me convertí en un creativo. Aunque tenía la sensibilidad para hacerlo, no tenía la formación. Por eso hice la maestría en diseño de joyas, en moda, en historia del arte. Para poder aplicarlo a mi negocio y al resto de mi vida.
P. ¿Con cuántas franquicias cuenta Daniel Espinosa?
Son 60 boutiques en todo el mundo, de las cuales algunas son una franquicia y otras son operadas directamente por nosotros. ¿Ha llegado donde esperaba? Estoy en el camino. Me falta mucho. Cuando tengo claro que es un trabajo constante y que está muy lejano el día en que pueda decir he llegado a donde quería. Cada vez te vuelves más…
¿Ambicioso?
Exigente (risas). Deja de ser importante en realidad el negocio que te genere. Te voy a contar que cuando hicimos las primeras colecciones en Basilea, Suiza. Cuando llegamos y nos autorizaron como marca -relativamente joven para estar en la exposición más importante en el mundo de la joyería-, nos preguntaban los clientes cuando llegaban y ‘¿de dónde es la marca?’. Le contestabamos: Pues mexicana. ‘¿Pero el diseñador de dónde es?’ Mexicano. Pero, ¿en dónde se hace? Pues en México’. (risas). Eso significa que no nadie había creado un antecedente como marca mexicana en el mundo de la joyería. Hoy, 17 años después, les será un poco más fácil a los diseñadores emergentes que puedan abrirse pasos. Entonces, eso es lo que me mueve, poder crear una brecha para que nuestros países sean reconocidos. Es así, como se medirá el éxito como tal del proyecto que he iniciado.
P. Para lograr insertarse en el mercado como joyero, ¿qué clase de dificultades tuvo que enfrentar?
Descubrir que la plata ya tenía un gran terreno avanzado y que al tocar la puerta, te la abrirían siempre que tuvieras una propuesta interesante, con una mezcla comercial que se lograra compaginar. Esa fue la mezcla inicial ganadora. El nicho de la joyería es muy cerrado porque está muy apegado a las grandes marcas. Abrir una joyería que está acostumbrada a oro y brillantería, a un nuevo nicho de mercado y a un nivel de precios, creo que no es fácil, pero soy bastante persistente. Sé que nada es para el día siguiente. Hay que tener constancia en lo que estás haciendo.
P. ¿Qué hace Daniel cuando no está diseñando?
Estoy en México poco tiempo, pero cuando lo estoy, me gusta recibir amigos en casa, por el simple hecho de estar juntos. También me gusta sacar tiempo para salir y pescar. Trato de hacerlo, aunque no tanto como me es posible. Me gusta viajar. Soy sagitario, soy viajero. No me gusta estar tres días despertándome y viendo el mismo techo. Me aburro muy fácilmente. Siempre he sido así. La semana pasada y antepasada, estuve en 10 ciudades diferentes. Es parte del trabajo. (risas). Se ha compaginado mi parte personal de viajar con la del negocio. La vida ha sido muy amable conmigo, soy muy agradecido.
¿Cómo era de niño? ¿Que conserva aun de esos años?
De niño era relativamente tranquilo. Siempre me gustó leer. Soy muy visual y curioso. Aun conservo ese deseo por descubrir. Ahora tengo una tendencia a recordar solamente las cosas positivas. Las otras pasaron y las dejo ir.