Año 55 de la revolución. Esa será la triste consigna oficial del gobierno de Fidel Castro para el 2013, ¡Vaya logro e imaginación! El Congreso se reunió y aprobó la “histórica” designación. Como siempre, no hubo ni un solo “representante del pueblo” en esa asamblea que estuviera en desacuerdo o que se abstuviera de votar, fue a unanimidad. Fidel Castro es tan abusador y burlón que, además de estar en el poder desde el año 1959, también le enrostra a los cubanos que el año 2013 es el año 55 de esa maldición que les ha caído.
El gobierno cubano, léase Fidel Castro, ha estado acostumbrado a vivir de otros. Antes de la URSS y China, y ahora de Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua. Pero el maná petrolero que succionan de Venezuela Fidel Castro y su pandilla se podría terminar si Hugo Chávez “nos abandona para siempre”, como temen los Castro. Pero, hay que decirlo, Fidel tiene muchísima suerte, o su estrategia de culpar a Estados Unidos de todos sus males le ha dado resultado; todo por la torpeza de su política exterior. Si a Castro se le considera un mito, es mérito de los Estados Unidos.
Cumplir 55 años ejerciendo el poder político total en un país es una aberración en nuestros tiempos; y peor es que haya gente, que no viviría allí, que aún lo apoye, claro que desde fuera de esa miseria histórica. Aunque tarde, aparecen comentarios aislados de poetas de luces sobre esa ignominia, Joaquín Sabina dijo “Cuba es un tremendo fracaso histórico. Amo mucho al país y vivo todas las contradicciones que la isla vive. Hace mucho que no la visito, porque me sentiría muy triste. Leo los periódicos, hablo con gente y sé lo que está pasando y sé que el país está en bancarrota… Pobre Cuba. Entre unos y otros la han dejado para el arrastre”.
Un gobierno militar de facto, casi todos son comandantes o generales del ejército, que permanece desde hace 55 años, con un partido político único, es la mayor victoria y vergüenza que pueden exhibir los izquierdistas, progresistas y demás jerigonzas del estilo. La adulación ridícula al “Comandante”, mostrando sus defectos como detalles graciosos, convirtiendo lo que está mal en algo anecdótico, esa ha sido la tónica de sus bocinas exteriores.
“Para implantar una dictadura, bastan unos cuantos”, dijo Fidel en enero del 1959, haciéndose el demócrata. 55 años después una gerontocracia militar sigue humillando la inteligencia, la libertad y la revolución en Cuba. Ese hecho nos demuestra que hay males que duran 55 años; esperemos que no duren 55 más. El 2013 debería ser su último.