LA ROMANA..-Todos están convencidos de que fue el narcotráfico que mató a José Silvestre, pero nadie quiere señalar a nadie. “La Voz de la Verdad es que tiene la culpa”, expresó Juan Silvestre, en referencia a la revista que publicaba su asesinado hermano, raptado en esta ciudad y dos horas después encontrado el cadáver en la comunidad El Peñón, de San Pedro de Macorís.
Mientras el presidente Leonel Fernández ordenaba al jefe de la Policía Nacional, José Armando Polanco Gómez, investigar personalmente el crimen contra el comunicador José Silvestre, en la calle y en el seno de la dolida familia sólo se respira desconfianza. “¿Qué justicia? No la hay”, dijo a El Caribe su hija Gisela.
“Gajo”, como era conocido, fue raptado por al menos cuatro hombres que lo interceptaron a poco más de una esquina de su casa, próximo al Hotel J&A, donde dejaba su vehículo. Hacia las 7:30 de la mañana fue montado a la fuerza en una yipeta y testigos aseguraron desde el primer momento haber escuchado un disparo. Lo encontraron con un balazo en el abdomen y otro en el cuello.
Sin embargo, Silvestre había denunciado hace poco que era seguido por dos yipetas y que pudo escapárseles en las inmediaciones de la tienda Jumbo de La Romana. Ante esta realidad, el presidente del Colegio Dominicano de Periodistas (CDP), Aurelio Henríquez, criticó el hecho de que las autoridades no lo hayan protegido.
El mayor general Polanco Gómez se trasladó a San Pedro de Macorís y luego a La Romana. Aquí prometió indagar a profundad el crimen, pero reconoció que es “muy complejo” y que se actuará basado en la razón para no dañar reputaciones de manera innecesaria.
La última revista
Muchos entienden que Silvestre se abrió demasiados frentes y afectó diversos intereses. El día que lo asesinaron, se dirigía a buscar la yipeta para llegar a la Corte de San Pedro de Macorís, donde se conocía el caso que ventila en los tribunales contra el fiscal de La Romana, José Polanco Ramírez, quien lo acusa de difamación e injuria.
El funcionario había sido acusado por “Gajo” de estar vinculado al narcotráfico de La Romana, imputación que siempre niega Polanco Ramírez. De hecho, la última edición de la revista La Voz de la Verdad reitera sus acusaciones y dedica la totalidad de sus páginas el tema de las drogas.
Pero también revela que el dueño de un centro cervecero, Ramón Herrera (Momón) fue asesinado junto a su chofer la noche del pasado 14 de julio porque supuestamente se había quedado con un dinero que le entregó poco antes de su asesinato, el pasado año, el empresario Alfredo Rodríguez (Niño Pata Corta), para ser entregado a una “conexión”.
Incluso, la publicación señala además a Ezequiel Molina hijo, de la Iglesia Mahanaim, al que acusaba de aceptar en su templo a potentados ligados al lavado de drogas, al punto de colocar fotografías sin rostro, con la promesa de que en la próximo edición se revelaría las identidades de esas personas.
Que se investigue
El presidente del CDP, Aurelio Henríquez, reclamó que el caso sea indagado hasta las últimas consecuencias, sin distinción de rango y condición social. “Esto podría ser una amenaza de sectores criminales. Ahora ocurrió aquí, mañana podría ser contra otros periodistas”.
De igual modo, el secretario general de los periodistas romanenses, Elpidio Tolentido, hizo hincapié en que José Silvestre tenía un estilo peculiar de ejercer la comunicación, pero que “esto no le da potestad a nadie para quitarle la vida”
Mientras que la filial del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa, Frank Ortíz, exigió que el asesinato sea investigado sin discriminar a nadie.
Preparó cena
La noche anterior a su asesinato, Silvestre llamó a familiares y entrañables amigos, como el conocido peluquero Denny Ávila, y los invitó a degustar víveres y pescado que él preparó. En su juventud fue cocinero en Casa de Campo. “Tú si eres fina, coje eso con los dedos”, le dijo sonriente a una de sus hijas que comía pescado.
El comunicador, de 61 años, residía en la calle Fray Juan de Utrera 76, del sector El Tamarindo, donde en la tarde de ayer se hacía el velatorio. Tenía 11 hijos, incluyendo una niña de apenas cuatro meses que procreó junto a la joven Rosalina Castillo.
“Murió luchando. Le pediría a la vida que me devolviera a mi papi”, manifestó entre lágrimas Gisela Silvestre.