Ahora, el bacilo de la tuberculosis (tbc) ha encontrado un nuevo aliado para aumentar su capacidad de contagio y expandirse: la DIABETES. A pesar de que hasta 1990, gracias a su moderno tratamiento, se había conseguido reducir la mortalidad de la tbc, al asociarse con la diabetes ha endurecido sus proporciones epidémicas. Según la OMS, los diabéticos tienen 3 veces más probabilidad de sufrir de tbc. Y los expertos dicen que la diabetes ya se ha sumado a los factores de riesgo de la tbc, como el VIH y la desnutrición.
Cada enfermedad, recíprocamente, agrava a la otra, según los expertos. Sostienen que la tbc puede aumentar los niveles de glucosa en la sangre, lo que constituye un riesgo para el diabético. Antes se consideraba la tbc como “enfermedad de los pobres”, y la diabetes como “enfermedad de ricos”; pero hoy, la diabetes ha aumentado en los países de ingresos bajos y medianos, y ataca a todos los segmentos por igual, a la vez que la tbc se presenta en los países desarrollados.
El aumento, cada vez mayor, de la obesidad y el sobrepeso, ofrecen un terreno fértil al desarrollo de la tuberculosis. En nuestro país, la incidencia de obesidad y sobrepeso es alarmante, alrededor de 30% de la población, que junto a una incidencia de VIH/SIDA, de aproximadamente 0.8% y la desnutrición, favorecen el aumento de la incidencia de la tuberculosis. Además, algunos fármacos utilizados para tratar la tbc pueden agravar la diabetes y los fármacos orales usados para la diabetes pueden disminuir la eficacia de los que se usan para la tbc. La OMS está preocupada por la aparición de casos resistentes a los más potentes fármacos en el tratamiento de la tuberculosis. Frente a esta situación, los médicos y las autoridades sanitarias deben permanecer alerta.