Complejo de avestruz

Apesar de los avances ocurridos en nuestro país en las últimas décadas y hasta de la creación de un ministerio especializado en la planificación, la cultura de la improvisación y de buscar soluciones cuando ya los problemas son demasiado complejos&#

Apesar de los avances ocurridos en nuestro país en las últimas décadas y hasta de la creación de un ministerio especializado en la planificación, la cultura de la improvisación y de buscar soluciones cuando ya los problemas son demasiado complejos para ser resueltos, sigue marcando nuestro destino.Muchos remedios se han probado sin resultados para intentar que se hagan las cosas a tiempo. Se han aprobado reformas estableciendo cronogramas de cumplimiento, como es el caso de la Ley 87-01 de Seguridad Social, que establece un período de transición máximo de 10 años, tras el cual, entre otras cosas, debió haber desaparecido el subsidio al Instituto Dominicano de Seguro Social (IDSS) y haberse creado la red pública de salud y todo lo que esto conlleva; lo que ni se ha cumplido ni parece haber intención de que se cumpla.

Hemos votado leyes con mandatos a ser cometidos en un plazo específico que tampoco se han respetado, como es el caso de la Ley 01-2012 de Estrategia Nacional de Desarrollo que establece que en un plazo no mayor de un año, ya vencido, debía arribarse a un pacto por la reforma educativa y un pacto por la reforma del sector eléctrico en el seno del Consejo Económico y Social.

Lo peor es que todo el mundo sabe identificar cuáles son nuestros problemas fundamentales, pero no hemos tenido un liderazgo decidido a consensuar para enfrentarlos. Cada gobierno piensa que estará en capacidad de resolverlos, pero como generalmente no se le da continuidad a lo que se ha hecho, se pierde  tiempo en transitar los mismos pasos, se repiten los mismos errores y al final, lejos de arribar a una solución, se aumenta el tamaño del problema, como ha sido el caso de la eterna crisis eléctrica.

Aunque los avestruces no son parte de nuestra fauna, parecería que sí, por la marcada actitud de esconder la cabeza  que tenemos, para no enfrentar determinados asuntos. Y ahí es donde debería estar cimentada la estrategia de un buen liderazgo, ser capaz de desmarcarse del resto decidiéndose a enfrentar lo que sea necesario.

Esto nos ha conducido al anacronismo y la sinrazón. Por eso tenemos dos líneas de un moderno Metro que conviven con el más irracional, ineficiente y caótico sistema de transporte público. Reclamos sindicales que siguen buscando únicamente un aumento salarial, sin entender que el peor enemigo del crecimiento del empleo formal y de los salarios es la rigidez de nuestra normativa laboral.  Tenemos sectores productivos sin acceso a financiamiento mientras el dinero abunda en el sistema financiero y se multiplica el fondo de pensiones.

Y por eso tenemos un país cada vez más caro y menos sostenible fiscalmente, ya que seguimos cerrando los ojos a enfrentar la raíz del problema: sobre costos derivados de la corrupción, servicios públicos que no funcionan, monopolios ilegales pero tolerados por las autoridades, como el del transporte público de carga y personas. Si de verdad queremos cambiar nuestro destino, debemos decidirnos a sacar la cabeza y enfrentar estos y otros problemas.

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