Se entiende por incentivo cuando un agente económico puede esperar una recompensa material, a cambio de actuar de una manera particular.
No nos perdamos, estamos compitiendo en la región para atraer inversiones, generar empleos, e incrementar nuestras exportaciones de bienes y de servicios, con países que están basando su estrategia de captación en el otorgamiento de incentivos.
Nuestros vecinos han desarrollado diversas y atractivas leyes de incentivos. Nosotros también las tenemos y hemos sido exitosos aplicándolas.
Ahora bien, debido a la fragilidad fiscal en que nos encontramos es probable que muchas de estas pasen bajo la lupa inquisidora de las nuevas autoridades. No podemos cometer el error de tipificarlas como dádivas o gastos, sino más bien como una herramienta que asiste al desarrollo.
Debemos evaluar sus externalidades positivas, las relaciones costos beneficios, y medirlas comparativamente con nuestros vecinos, pues todos buscamos atraer inversiones y expandir las que ya tenemos.
Bajo esta óptica, lo primero es definir cuáles serán los motores del desarrollo para los próximos años. El presidente electo ha sido reiterativo: turismo, zonas francas, industria y pequeñas empresas. Si existe consenso en esto, debe existir consenso para crear una plataforma que fomente dichos sectores.
Esto lo han entendido nuestros vecinos de una manera clara y precisa.
Panamá definió concentrarse en servicios, enfocándose en el transporte y la logística.
En el 2007 aprobó la Ley 41, que incentiva el establecimiento de sedes regionales de compañías internacionales, otorgando la exoneración total del impuesto sobre la renta, la exoneración del impuesto para los servicios que se provean a compañías relacionadas en el extranjero, además de beneficios laborales y migratorios.
Este régimen especial para el establecimiento y la operación de sedes de empresas multinacionales (SEM) cuenta ya con más de 40 empresas operando, entre estas Peugeot Citroen, Western Union, AES, Procter & Gamble, Roche, LG, Unilever y Caterpillar.
Ha generado más de 5,000 empleos directos, posicionando a Panamá como un centro de operaciones regional.
Más recientemente, Puerto Rico a inicios de año implementó una ley para fomentar las exportaciones de servicios.
Cualquier servicio exportado será gravado con una tasa de Impuesto Sobre la Renta de apenas 4%, 100% exentas de impuestos sobre dividendos, garantizado por 20 años.
Esta ley está enfocada a atraer inversiones en las áreas de investigación y desarrollo, publicidad y relaciones públicas, consultoría, arquitectura e ingeniería, abogados, banca de inversión, seguros y demás sectores de servicios con propensión exportadora.
Si bien es básico tener estabilidad fiscal, no podemos cegarnos. Es igual de importante contar con una política racional de incentivos que fomente los sectores a los cuales estamos apostando a futuro.