El mercado es libre. Es verdad, pero esa libertad no puede servir para especular y esquilmar el bolsillo de los consumidores. Da rabia ir de un negocio a otro (repuestos, ferreterías, etcétera), para descubrir la desproporción de los comerciantes.
Por ejemplo, a una pieza de un camión a la cual le fijan un precio, por decir, RD$4,500.00, cómo pueden terminar vendiéndola en RD$2,300, casi 50% menos del “precio de lista”. Pretenden justificarlo con la competencia de marcas: que si es alemana, china, italiana, americana o japonesa. Comoquiera es un despropósito. ¿No hay quién establezca un código ético de precios mínimos y máximos? ¿Quién responde?