Santiago. El desorden provocado por la falta de parqueo se ha constituido en el principal obstáculo para promover el centro histórico como destino y espacio comercial.
Desde hace varios meses, los comerciantes promueven que en lo adelante sea denominado “Santiago Zona Centro”, iniciativa que busca relanzar y vender las bondades para que acudan a los centros comerciales del casco urbano. No obstante, con la salida de funcionamiento del sistema de parquímetros, es normal que el caos y el desorden imperen en las principales vías. En las manzanas que integran el centro histórico de Santiago, conformadas por las calles Del Sol, restauración, Beller, la España, Duarte, General Cabrera, 16 de Agosto, San Luis y Antonio Guzmán operan 1,205 establecimientos comerciales y de servicios profesionales.
Solución
Marcelino Fernández, vicepresidente de la Asociación de Empresas del Centro de Santiago, entiende necesario arribar a un acuerdo que permita restablecer los parquímetros. “Ahora una gente se para con su vehículo o su motocicleta durante todo el día en las calles del centro histórico, dificulta que los compradores tengan espacios para su carro y a eso hay que buscarle una solución”, expresó. Reconoció los errores cometidos por los que operaban el sistema de parquímetros, lo que causó cierto descontento, pero cree que pueden buscarse alternativas.
Aunque se han planteado que zonas específicas del casco urbano, como el terreno de la antigua tabacalera, para construir parqueos soterrados, estas ideas han sido olvidadas. En junio del 2010, la Suprema Corte de Justicia declaró inconstitucional la resolución de la Alcaldía de Santiago que autorizó al entonces síndico, José Enrique Sued, a firmar el contrato con el Consorcio “Blue Parking Caribbean”, para la instalación de parquímetros en la ciudad.
Creen sistema regulado fue mal manejado
Los jueces declararon no conforme con la Constitución la referida resolución del Concejo Edilicio del 26 de septiembre del 2006, en virtud de la cual se autorizó al cabildo a suscribir el contrato para la explotación de un sistema regulado de estacionamiento. A partir de su prohibición, la ciudad retornó al caos y los consumidores buscan alternativas fuera del casco urbano.