Del 30 de junio al 11 de julio, 120 artistas, artesanos, bailarines, cocineros y otros representantes de las más distintas formas de arte de un país marcado por la diversidad cultural tratarán de mostrar en pleno corazón de Washington, el histórico paseo “Mall” que se extiende ante el Capitolio uniendo los principales puntos políticos de la ciudad, que Colombia tiene mucho más que ofrecer que los estereotipos, a menudo negativos, que han marcado la historia reciente de la nación.
El festival constituye una oportunidad para “derrumbar el muro de las concepciones de una Colombia de drogas y violencia” que pesó durante años sobre el país latinoamericano y que sólo en la última década se comenzó a desconstruir, dijo el embajador colombiano en Washington, Gabriel Silva, al presentar el proyecto para el evento.
Así, en vez de usar las tradicionales carpas que proporciona el Smithsonian, ha diseñado una “hojamata”, una estructura ideada por un arquitecto colombiano que consta de una lona sostenida sobre un armazón de guadua, una especie de bambú local, y que está inspirada en las tradiciones de una remota tribu amazónica del país; entre otras estructuras.
Tras México, que participó en la edición del año pasado, Colombia es el único país de América Latina que acude al reputado festival washingtoniano como invitado especial.