El día de ayer no fue uno más en el Club Mauricio Báez. La institución que nació en un pequeño solar, un 11 de septiembre, celebró su aniversario número 50.Una vez más la institución clubística abrió sus puertas para celebrar el “Desayuno”, con el lema: “Mauricio, 50 años, ¡Celebración de oro!
La entidad, ubicada en Villa Juana en la misma calle que da nombre al club, luce un vistoso edificio, remodelado el pasado año, con aire acondicionado, sistema de sonido y pantalla, gimnasio, graderías nuevas, entre otros aspectos. En fin, todo muy distinto a lo que se inició cinco décadas atrás, donde había tan sólo un aro en una cancha de tierra, recordó ayer el presidente del club, Saturnino Martínez. Aun más, para que la cancha de voleibol funcione, la malla era sostenida gracias a dos matas de ese solar.
Luego entonces vino una cancha con gradería de cemento “y una escuelita de tres aulas”, continúa Martínez en su breve discurso. Entonces se solicitó permiso para que la escuela funcionara en el patio de la casa de Leo Corporán.
Pasaron los años y fueron surgiendo, cada uno en su momento, el techado, el dispensario médico, el edificio que aloja el centro cultural, entre otros. La celebración de oro fue dedicada a Leo Corporán y Nelly Manuel Doñé, fundadores de la casa deportiva.
Doñé fue declarado “padrino del club” y Corporán “padre del club”, ambos por la misma institución, según una placa que les fue entregada ayer.
Doñé resaltó la voluntad del “perdón” que ha existido en el Mauricio Báez, lo que ha permitido el desarrollo y avance de la institución.
“Lo que hoy acontece aquí es el símbolo de la amistad, el símbolo de la fe”, apuntó Doñé, quien en sus palabras se acogió a la oración del “Padre Nuestro”. En medio del fragor se han producido situaciones entre sus miembros, pero “en el Mauricio Báez nos perdonamos todos y por eso somos una gran familia”.
Esa “gran familia” fue respaldada ayer en su festejo 50 con la asistencia de varias personalidades como el procurador general de la República, Francisco Domínguez Brito; el jefe de la Policía Nacional, Manuel Castro Castillo; el empresario Luis Manuel Bonetti; el ministro de Cultura, José Antonio Rodríguez; el exvicepresidente de la República, Rafael Alburquerque; el ministro de Deportes, Jaime David Fernández Mirabal; el presidente del Comité Olímpico Dominicano, Luisín Mejía; el presidente del Senado, Reinaldo Pared Pérez, el presidente de la Suprema Corte de Justicia, Mariano Germán Mejía; el jefe de Estado Mayor de la Marina de Guerra, Edwin Rafael Dominici Rosario; el empresario José Luis Corripio Estrada, entre otros. El padre Ángel Soto (Salesiano Don Bosco) impartió la bendición de la ceremonia.
Mejía y Fernández Mirabal resaltaron por separado la labor del Mauricio Báez. “Saludo esta celebración del club Mauricio Báez en su 50 aniversario y -quiero- ponderar cómo un club se ha podido hacer eje de una barriada y servir de estímulo para tantos jóvenes y como referencia no sólo de aquí, sino en toda América”, expresó Mejía. “Quiero felicitar a Leo -Corporán-, a Saturnino -Martínez-, a Nelly Manuel -Doñé- y a todos los hombres y mujeres que trabajan aquí, porque estos 50 años son bien merecidos”.
Sólo es el inicio
Corporán, presidente fundador del club, destacó que la “celebración de oro” no marca una llegada, sino una continuidad. “Estos son apenas los primeros 50 años”, dijo. “Vamos Mauricio, la lucha continúa”. Corporán solicitó a los invitados contar entre todos, de cinco en cinco, hasta llegar a los 50 para resaltar el histórico número.
El asesor del club recordó las palabras que en la misa de los 50 años, celebrada el pasado domingo, destacó el padre Juan Linares, lo que retrata a la institución. “El club Mauricio Báez celebra 50 años de calidad de vida y todos ustedes saben lo que es calidad de vida”. Dijo que el club seguirá “siempre firme, con principios y sin dar un paso atrás”. El directivo mencionó varias personas que fueron determinantes para los inicios del club, que también, en años recientes, incluyó la Fundación Club Mauricio Báez.
Doñé
“Lo que hoy acontece aquí es el símbolo de la amistad. En el Mauricio Báez nos perdonamos todos y por eso somos una gran familia”
