A propósito del reciente anuncio de Cheddy García como conductora, junto a Irving Alberti, de premios Soberano, recordamos el póster inspirado en La Lupe que le hicimos en agosto del 2012.
Firmeza y convicción, dos palabras que bien le caben a esta mujer que se dice a sí misma que es capaz de todo; “soy mi mayor fan”, nos dice.
Este es el tipo de póster que tiene cierto sabor a gloria. Aclaro; no porque sea mejor que los anteriores, es porque el personaje es admirado por la invitada. Me atrevo a ir más lejos; Cheddy tiene algo de La Lupe. No con la misma intensidad dramática pero sí con mucha fuerza la también actriz (obra de teatro y La lucha de Ana, 2012) apareció en los medios como comediante, con personajes populares que más que denigrar al género, la representaban.
Desde entonces su trabajo se ha diversificado, ha logrado permanecer y convertirse en una figura querida por la audiencia. Nos cuenta que su trayectoria está llena de puertas cerradas, pero que ha sido capaz de tomar el papel de aquellos a los que necesitaba, lo que la ha hecho más fuerte. Las cosas no son como antes, como cuando Freddy, Boruga y Cuquín y otros lideraban el sector de la risa. Ahora, además de demostrar el talento hay que luchar contra el ego de los compañeros y no ha sido fácil. Ella misma dice: “estamos dispersos, en una burbuja de egocentrismo…”.
La Lupe era maestra. ¿Tienes otra carrera además de la artística? Claro que sí, estudié pedagogía en la UASD, soy trabajadora social del IDSS, periodista del IDP, y básicamente soy una poeta de la vida, pues me apasiona mucho la literatura en todas sus vertientes.
La “yiyiyi” destacó por su particular forma de interpretación. Cuando empezaste en los medios ¿tenías una idea de lo que te identificaría?
Si, sabía que lo popular sería mi fuerte, le he impregnado a mi trabajo una combinación mercadológica dirigida a la cultura popular, porque el humor es un retrato vivo de lo que somos como pueblo, y lo otro que me identifica. Ha sido mi sello distintivo ser autentica, no soy mujer de poses ni de banalidades, nunca me ha importado el mundo “chick y caro”; para mí la esencia está mi real poderío y la fortaleza que no me dan los trapos. Lo que siempre tendrá relieve es el valor intrínseco del ser humano, y el compromiso que asume con la vida, con la gente, con Dios. Soy una mujer revolucionaria, porque creo en la transformación social, y porque no acepto imposiciones, que no estén sustentadas sobre la base de lo racional. Me ha costado mucho ganarme el respeto de la gente, pero asumí ser diferente, con todos sus riesgos. Básicamente me sostiene una ideología de vida, que siempre ha sido innegociable: soy yo, con todo lo que implico.
¿Qué te dice la frase: “Con el diablo en el cuerpo”, el nombre del primer disco de esta artista? Para mí, La Lupe no utilizó esta frase como un símbolo de rebeldía. Ella llevaba dentro la negación del ser. El diablo dentro eran las cosas que la habían marcado de forma negativa, la sublevación, el poder mal canalizado pero de ella. Esa es la batalla de muchas mujeres que han sido degradadas, en su vida o en su carrera. La Lupe era y es una reina, un icono de nuestra música, descargó en sus canciones el sufrimiento, la depresión, la soledad, el abismo. Creo firmemente que cualquier artista con trastornos emocionales y familiares no podría soportar la presión y la crueldad que se esconde tras las luces embriagantes de la fama.
Cantaba y bailaba a su manera. Se quitaba la ropa, los zapatos… ¿qué haces cuando estás “alborotada”? ¡Eso y más! Menos desnudar otra cosa que no sea el alma. Amo mi trabajo, es como un torrente de sangre caliente que me circunda el cuerpo. Cuando estoy frente a las cámaras me centro en ese personaje, trato de ganarme el aplauso como si fuese mi última oportunidad. En mi arte pongo a disposición mi cuerpo y mi alma, a cambio de la risa y el cariño de los que me aman… y hasta de los ingratos, que simulan no amarme (risas).
El éxito de la Lupe fue favorecido por las influencias de los ritmos latinos de los 50. ¿Quién o qué te ha influenciado. ¿A quiénes sigues o admiras? Mi mayor influencia es realmente Freddy Beras Goico, lo admire y lo amé muchísimo porque tenía una identidad y eso lo hacía irrepetible. A través del humor pudo aquilatar una corriente ideológica, y un perfil claro de él, y a mí me encantan las personas que imponen el ser por encima del parecer.
Dicen que la práctica de la santería fue una de las causas de su declive. ¿Qué tan fácil o complicado es mantener vigencia? ¿Cuáles son las dificultades con las que te enfrentas en este medio? ¿Mantenerme?, muy difícil. Pero he sido capaz de replantearme y crecer en un proceso en que nadie creía en mí, yo era mi mayor fan, y me auto motivaba diciéndome internamente ¡no te rindas, no creas en aquellos que le ponen techo al cielo, vamos Cheddy eres una campeona!
Fue por eso que cuando los hombres libretistas no me escribían, me hice libretista; cuando el editor me la ponía “en China”, me hice editora de tv; cuando el camarógrafo me dejaba plantada, decidí comprar una cámara y hacerme camarógrafa; cuando no conseguía una vendedora, salía yo misma a buscar comerciales, cuando creyeron que yo no pegaba al lado de Freddy, me convertí en una figura preferida por él, cuando nadie me producía un espectáculo, me hice productora y produje para Yolanda. Cuando nadie me llamaba para una obra teatral, escribí la obra “Malas”; cuando nadie creía que podía hacer una película dramática, protagonice “La Lucha de Ana”.
Cuando me levantaron calumnias, se lo deje al de arriba, y he visto la justicia. Cuando me creían moribunda salió mi hija Chelsy con más talento que yo. Espero que me sigan matando para poder resurgir con más esplendor, porque el material del que estoy hecha solo lo desbarata quien lo creó: Dios.
Su sello disquero, Fania Records, la dejó en segundo plano por Celia Cruz. ¿Cómo describirías el ayer y el hoy en la comedia/humor de nuestro país? Ayer el humor tuvo sus momentos de gloria y grandes representantes, la diferencia es que ellos trabajaban unidos. Los comediantes de hoy estamos muy dispersos, en una burbuja de egocentrismo y eso es solo un reflejo de cómo anda nuestra sociedad. Lamentablemente eso nos debilita como grupo relevo emergente.
Hace unos años se criticaba el lenguaje en la tv. ¿Qué piensas tú? Es que el lenguaje de la tv es el lenguaje de la calle, de la radio, de algunos cantantes en sus espectáculos. Aquí no hay censura para eso, puede que un día a un talento se le zafe una palabra, pero hay quienes lo hace adrede, y sobretodo, que cuentan con el apoyo y la difusión de algunos medios. Estamos fomentando una cultura de irrespeto, de violencia y agresión verbal, y eso se empieza a reflejar en los niveles de intolerancia y feminicidios que tenemos hoy día.
Sabemos que admiras a la Lupe. Además de “Teatro”, ¿Cuál es la canción que no se puede escuchar “seco”? La gran Tirana. ¡Wao!
¿La mejor hora para escuchar las canciones de la Lupe? 9: 00 de la noche.
¿Y los elementos que se necesitan son? Estar cenaíta, bañaíta, con un trago en las manos, con la maldad revoltía´, esperando a mi hombre, y convencida de que “mamá ta´piedra”.
Créditos:
Fotos: Ricardo Rojas y Nathalie Baldisseri/ Manejo digital: Rodrigo Escobar/ Maquillaje y peinado: Cape Ramírez/ Vestuario: María Reyes