De su carácter todo se ha dicho, y ella no niega que sea exigente y, además, muy franca. Afirma que sí, que es una gran verdad, que pierde a veces la paciencia, porque se ampara en la filosofía de que “si algo puede salir muy bien, ¿por qué conformarse con las cosas medianamente bien?”. Pero el personaje de Miranda, interpretado por Meryl Streep, en el filme “El diablo viste de Prada”, carece de esa capacidad histriónica para desdoblarse como actriz, cantante, productora de teatro y alguna vez, comediante, características que le dan a Cecilia García el mérito de una profesional del arte.
El diablo viste de Prada y Cecilia García viste de……
(Risas) De Cecilia García. Visto de lo que me tenga que vestir dependiendo de la ocasión. Es verdad que a todas las mujeres nos gusta la ropa, pero si vas a mi clóset encontrarás lo básico. Me gusta mucho la ropa que me quede bien y me guste, no importa la marca, ni si es barata. Soy muy clásica, muy Chanel, pero con chaquetas un poco más largas (risas).
Tanto el libro como la película son una sátira del mundo de la moda. ¿Qué piensa usted sobre la moda? ¿La sigue?
Me gusta saber lo que está de moda. En los últimos años hay un culto a dos piezas que me gustan mucho, que son los bolsos y los relojes. Me gustan los zapatos, pero no tanto como las carteras.
El personaje está inspirado en la famosa editora de la revista Vogue, Ana Wintour, conocida por sus duras críticas. ¿Qué es lo que más le molesta del mundo del arte?
Son muchas cosas (risas)… La falsedad, la competencia mercadológica, que ha venido a ser un arma de doble filo, porque si no te vendes no te compran, pero también a veces, se nos vende una calidad que no es lo que aparenta. La calidad va quedando de lado y lo más importante viene a ser lo que se mercadee. Entonces, el arte es ahora un punto de venta y a veces no es el talento lo que más importa, sino el que sea más popular, y éste no necesariamente es el de más calidad.
Este personaje es definido, además, frío y controlador. ¿Qué se dice de su carácter? ¿Qué es verdad y qué es mentira?
De mí se dice que soy terrible, que soy exigente, que trabajar conmigo es difícil…y yo te diría, que si las cosas se pueden hacer bien, ¿por qué hacerlas medianamente bien? Si estoy involucrada en un proyecto porque creo en él y me gusta, entiendo que los demás deberían sentir lo mismo que yo, porque les interesa. Sin embargo, los que no piensan así pueden chocar con uno y pensar que uno estaría pidiendo cosas irrealizables. Es verdad que a veces pierdo la paciencia y que soy muy franca.
Miranda es una mujer poderosa, a la que le temen sus empleados y otras figuras de la industria de la moda. ¿Habrá algo o alguien que intimide a Cecilia García?
(Risas) Te confieso que tengo dos fobias muy grandes: las cucarachas y hacer el ridículo. Hacer el ridículo es lo peor del mundo, eso es algo que siempre me preocupa mucho.
A pesar de la dureza de carácter de Miranda, ella manifiesta su ternura y debilidad con sus hijas. ¿Cuál es su lado más tierno?
Mis hijos y mis nietos, mi familia… son muy tiernos.