Luis David Montero y Charlie Villanueva protagonizan dos casos muy diferentes en el baloncesto de la NBA. El primero va a su segunda temporada con los Trailblazers de Portland y el segundo aparentemente ha terminado su carrera en el mejor baloncesto del mundo.
Es una gran proeza llegar a la NBA y mucho más es poder mantenerse. Montero tiene ese mérito, aunque no se sabe qué le depara el destino cercano.
Es que su contrato para esta segunda temporada, que es por un monto de 874,636 dólares, es parcialmente garantizado hasta enero próximo. Esto quiere decir que si él no es dejado en libertad hasta ese punto entonces el pacto pasará a ser garantizado en su totalidad.
Habrá que esperar la movida de los Trailblazers y, en honor a la verdad, no creo que tenga más protagonismo que la temporada pasada cuando promedió 3.5 minutos en 12 compromisos con esa organización. Esa cantidad de dinero se puede conseguir en otras ligas del mundo, así que uno entiende que su intención de estar en la NBA no es precisamente por el dinero. Luis David tiene 23 años, una etapa en la que todo jugador profesional necesita estar en cancha, no en una banca. Lo conveniente para él, como lo veo, es buscar un destino donde pueda explotar y mostrar todo el potencial que tiene como jugador, incluida la liga de desarrollo de la propia NBA. Si sucede lo contrario, que él pueda aumentar su cantidad de partidos y de minutos, entonces está claro que los Trailblazers cuenta con él como proyecto y no es conveniente moverse de ahí. Debe seguir.
Al menos Luis David tiene una oportunidad que Charlie Villanueva no ha tenido. Villanueva no ha firmado todavía cuando apenas estamos a días para el comienzo de la temporada 2016-17. Si malo es que no haya encontrado trabajo, peor es no leer nada a estas alturas sobre su caso. No hay reportes de que algún equipo esté interesado en el versátil delantero, que, de acuerdo a lo que postea en sus redes sociales, se mantiene trabajando de manera individual. Sí han surgido informes de que el jugador dominicano explora la posibilidad de jugar en el baloncesto de China, donde es común ver a figuras que hicieron vida en la NBA.