Nuestro mundo siempre ha vivido amenazado por males extremos, que operan como enemigos impenitentes. Nos desafían y apuestan a que perdemos la batalla. Pero sigamos persuadidos de nunca rendirnos. Todavía es posible hacer mucho, aunque sea poco a poco. Nuestro Señor Jesús nos desafió a contrarrestar este virus implacable que derrota nuestra esencia: “…por causa de la maldad, el amor de muchos se enfriará”. El amor es la célula madre de la grandeza, necesitamos amor a prueba de males, “amor divino” no humano. Amar a otros nos hace felices, amarnos a nosotros mismos nos hace solitarios; amar a los demás, así sea sólo un poco, trae tanta satisfacción. Aunque la vida haya escrito tus peores capítulos, vive amando. ¡Es el amor, quien borrará todas tus tragedias!
¡Capítulo 10!
Nuestro mundo siempre ha vivido amenazado por males extremos, que operan como enemigos impenitentes. Nos desafían y apuestan a que perdemos la batalla. Pero sigamos persuadidos de nunca rendirnos. Todavía es posible hacer mucho, aunque sea poco…