Por decimoprimera ocasión extrabajadores de la caña fueron al Congreso, a pedir y a suplicar, para que el Estado los pensione. Hace décadas todos eran hombres y mujeres fuertes, vigorosos, que alimentaban con su sudor las ruedas de la industria azucarera nacional.
Pero ayer, ayer eran decenas de ancianos enfermos, con los cuerpos roídos por la miseria.
Mancos, tuertos, diabéticos, hipertensos… todos quieren que la Comisión de Asistencia Social del Senado de la República intervenga en su caso. Dicen que después de trabajar durante 25, 30, 40, y hasta 50 años entre cañaverales e ingenios, tienen derecho a recibir una pensión de RD$5,117 mensuales para sobrevivir los años que les restan de vida.
Pero se quejan de que el Gobierno no termina de dárselas. El vocero del grupo, Jesús Núñez, cuenta que su reclamo lleva más de cuatro años dando vueltas entre un proceso burocrático y otro, sin recibir ningún tipo de respuesta.
“Queremo´ la pensione´ pa comer. E´ pa´ comer”, expresa con una voz débil de 60 años Osval Lijan.
Lijan es un inmigrante haitiano que trabajó por más de cuatro décadas entre cañaverales. Su caso, según la Unión de Trabajadores de la Caña (UTC), es similar al de los otros 17,000 hombres y mujeres que alguna vez trabajaron en las estructuras productivas del Consejo Estatal del Azúcar (CEA) y hoy no cuentan con un fondo fijo de retiro, se lamentan. Aparecen una y otra vez en los diarios de circulación nacional, y vuelven, como dice Núñez, al Congreso, porque el Poder Ejecutivo supuestamente no les hace caso.
El vocero asegura que 417 cañeros murieron sin conseguir la remuneración, y otros tantos podrían correr la misma suerte por la desidia de las autoridades.
“Estos son seres humanos, como todos los otros. Y tienen derecho a que los pensionen por todo el tiempo que trabajaron en este país”, declara con cierto aire de incomodidad el vocero.
A su lado están los reclamantes, listos para hacer una vigilia de cuatro horas antes de reunirse con los legisladores. Dijeron que están dispuestos a montar un piquete permanente frente al Palacio Nacional. En mayo, el entonces presidente Leonel Fernández ordenó, mediante el decreto 245-12, el pagó de pensiones para 2,185 trabajadores del CEA.