Para iniciar, algunas palabras de advertencia. En primer lugar, esta dieta puede no ser adecuada para todos los tipos de cáncer. Consulte con su oncólogo antes de comenzarla. En segundo lugar, el cambio es difícil, sea paciente. Las primeras semanas les costara un poco acostumbrarse pero eso pasará. Los psicólogos nos dicen que se tarda tres semanas para romper un viejo hábito. Por suerte, tenemos una herramienta para volver a sintonizar nuestro cerebro, este secreto lo compartiré la próxima semana. Por ahora, vamos a hablar acerca de una dieta conocida como la dieta cetogénica.
Esta consiste en la eliminación de casi todos los carbohidratos de la dieta, especialmente los azúcares. Las células cancerosas sólo pueden utilizar la glucosa (azúcar) para la energía, sin ella, mueren. Todos los carbohidratos se convierten en glucosa en el interior de su cuerpo. Así, que cuando se reduce la ingesta de carbohidratos a sólo verduras y proteínas, sin almidón, usted efectivamente hará que el cáncer pase hambre.
Cuando el cuerpo no tiene suficiente glucosa para obtener energía, entra en un estado llamado cetosis, lo que significa que el organismo ahora está quemando grasa como energía en lugar de azúcar (glucosa). Las células sanas tienen la capacidad de adaptarse de usar la glucosa como combustible a utilizar cuerpos cetónicos. Las células cancerígenas no pueden. Los cuerpos cetónicos son hechos por el hígado del metabolismo de las grasas. Los cuerpos cetónicos reemplazan la glucosa como una fuente de energía para las células sanas. La dieta cetogénica se compone de 60% de calorías de grasa, 35% de proteínas, y 5% de los carbohidratos solamente de verduras. Fuentes de grasas de alta calidad incluyen aguacates, aceitunas, carnes, frutos secos (especialmente las nueces y nueces de macadamia), huevos, salmón silvestre y sólo usar el aceite de coco para cocinar. Durante las últimas tres semanas hemos proporcionado algunas estrategias básicas en la batalla contra el cáncer. Esta lista NO es de ninguna manera completa, pero proporciona un buen punto de partida. Al tratar de mantener el cuerpo con un pH ligeramente alcalino, oxigenando el cuerpo tanto como sea posible y seguir una dieta cetogénica, usted aumentará, de alguna manera, sus posibilidades de supervivencia.