El descenso de los precios del petróleo hace vislumbrar una menor presión en cuanto al subsidio eléctrico. Sin embargo, debemos ser cuidadosos con este tema ahora que se inicia la discusión del pacto eléctrico.
Muchos entienden que la diversificación de la matriz energética ahora no es necesaria porque los precios del fuel oil número 6 y número 2 se han reducido de forma tal, que plantas eficientes como las Quisqueya podrán generar el kilovatio a un costo por debajo de 0.13USD, cifra impensable a mediados del año pasado.
El desarrollo del sector eléctrico requiere de políticas coherentes que contemplen no sólo la situación actual, sino también las del mediano y largo plazo. La diversificación de la matriz es imprescindible porque al contar con fuentes diversas nos protegemos de las inevitables, y a veces súbitas, fluctuaciones de los precios de los combustibles. Postergarla tendría consecuencias futuras.
Sin embargo, ya empiezan las voces en contra de la inversión del Gobierno en la construcción de las plantas de carbón de Catalinita que generará 674 megas. No hacer esta inversión implica retrasar la diversificación y además no contar dentro de dos o tres años con energía suficiente para hacer frente a la demanda. Por otra parte, la dependencia del fuel oil pasaría de un 40% a un 25%, con lo cual estaríamos mucho más protegidos de los cambios de precios futuros, ya que el carbón ha demostrado ser mucho más estable en su precio.
Tenemos evidencias de lo importante que es variar la matriz de combustibles. En el 2009 las unidades de Los Mina (DPP) estaban fuera de servicio por falta de pago, la entrada de estas dos unidades ayudó a reducir el subsidio en momentos en que los precios del barril llegaron a costar hasta 110 dólares y aumentó la generación a gas. Con esto no sólo se logró un menor subsidio, sino que permitió más estabilidad al sistema y la creación de más usuarios de 24 horas que en toda la historia anterior del sector eléctrico.
Sólo un ejemplo de lo que significa una matriz concentrada en un solo combustible. A los precios promedios del periodo 2004-2009, que fueron de 67.23 USD el barril, comparados con los del 2009-2012 de 82.54 USD el barril, la facturación anual fue mayor en 306 millones, 918.6 millones más en tres años, solo como resultado de no tener una matriz más balanceada.
Así como la construcción de Quisqueya I y Quisqueya II, por parte de la empresa Barrick Pueblo Viejo y EGEHaina han traído estabilidad al sistema evitando la entrada de plantas excesivamente caras, han generado un ahorro de .06 centavos de dólares en los precios del kW del mercado spot, las plantas de carbón contribuirán a generar una economía mayor y la generación que necesita un país cuya demanda de electricidad crece en cerca del 5% anual.
Este es un país de técnicos y filósofos, aún sin experiencia en un tema, pretendemos saberlo todo. De hecho, un amigo centroamericano que me visitó recientemente me comentó que le había llamado mucho la atención la cantidad de programas de opinión que a todas horas había en la televisión. Y eso que no tuvo el tiempo de repasar la radio. Gracias a la democracia, este es un país de todólogos.
Cuando se construyó la planta de Cogentrix, en 1999, todos estuvieron de acuerdo y visualizamos este proyecto como la mejor salida al problema energético. Más tarde, por desgracia, los precios del diesel o LFO se dispararon y trajo como resultado que el costo de generación de esta planta se hiciera impagable. Sin entender el tipo de contrato realizado con esta compañía ni las restricciones de los bancos se quiso culpar la primera administración del expresidente Fernández, cuando la realidad fue algo imprevisible, un aumento del precio del barril de más del 300%.
Hace unos días, un exincumbente de la CDEEE en un programa decía que antes de haber firmado el contrato de Cogentrix se hubiera cortado una mano, pena que no dijo lo mismo cuando trató de traer una barcaza de Filipinas con problemas técnicos y legales que generaría a 0.50 el KW. Sin embargo, sí quedó demostrado que firmó el de Cogentrix y aún no se ha cortado la mano de lo cual nos alegramos.
Gran parte del problema del sector son las mentiras que se tejen alrededor del mismo, los intereses políticos que en un momento quieren culpar al expresidente Fernández como ahora quieren culpar al presidente Medina rechazando las plantas a carbón. Ambos han tomado decisiones valientes, las críticas vienen acompañadas con la responsabilidad del cargo; las mentiras son gratis, algunas; otras, muy bien remuneradas.
Lo cierto es que la antigua Cogentrix, hoy Compañía de Electricidad de San Pedro de Macorís, con el costo actual del diesel podría generar 0.11 el kilovatio, eso la haría casi tan competitiva como los contratos actuales de gas y sólo por encima del mercado spot. En este caso, seguro que a muchos les hubiera gustado presentarse como gestores del proyecto.
La decisión del presidente Medina de aprobar la construcción de las plantas a carbón es acertada y acorde con los sanos objetivos de diversificar y abaratar la matriz energética. La discusión del pacto eléctrico debe estar basada en las opiniones y posturas de los expertos y personas de buena intención, que los todólogos se queden a un lado. Solo así podremos asegurarnos de que vamos por el camino correcto, por lo menos en este sector.