A pesar de que el Gobierno y la presidencia del Senado hablan de aplicar planes de austeridad en el sector público, y de que la entrega de dádivas no está entre sus funciones, la Cámara de Diputados mantiene activo un amplio programa de Asistencia Social.
A través de él, la entidad legislativa tiene abiertas convocatorias a licitación para adquirir, por ejemplo, 125 mil libras de pavo importado, del tipo “Premium”; 63 mil libras de uvas del tipo “Red Globe”; cinco mil 500 cajas de manzana “Red Delicious”, cuyo contenido debe oscilar desde 80 a 113 unidades cada una; y 450 mil libras de arroz grado A, en fardos de 12 paquetes de cinco libras.
Además, la Cámara de Diputados hace un llamado a las empresas locales para comprar mediante licitación 98 mil 340 libras de habichuelas rojas, aceites y pollo en grandes cantidades.
Las convocatorias fueron dadas a conocer en las primeras semanas de este mes a través de los medios impresos de comunicación, y están colgadas en el portal del organismo legislativo (www.camaradediputados.gob.do), junto con los pliegos de condiciones. El Programa de Asistencia Social de la Cámara no aparece consignado en la ejecución presupuestaria que el departamento de finanzas presenta a la opinión pública. Pero se pone en movimiento cuando se acercan las fechas festivas que la clase política tradicional utiliza para alimentar el clientelismo.
Así, los artículos comestibles que hoy se licitan estarían incluidos en las canastas y cajas que parte de la membresía del hemiciclo utilizará para agradar a votantes, amigos y empleados en la Navidad venidera.
Con el Día de las Madres pasado ocurrió lo mismo. Diputados y diputadas (en plena campaña por la Presidencia de la República) lo celebraron con sus seguidores en las primeras semanas de mayo, regalando los RD$136 millones en electrodomésticos y “enseres del hogar” que la institución adquirió mediante la licitación pública de febrero.
Un mes antes los mismos legisladores estaban repartiendo las 150 mil piezas de “juguetes convencionales que la administración presidida por Abel Martínez (representante de Santiago por el Partido de la Liberación Dominicana) adquirió en octubre del 2011. En ese año también se registró otra compra masiva de arroz, pollos, aceite, pavos y otros artículos comestibles.
“Debe manejarse con otro criterio, porque se presta a muchas interpretaciones, de clientelismo por un lado, de negocio por otro lado, aunque no los haya”, dice el diputado Juan Hubieres cuando se le pregunta sobre el particular.
Ya la legisladora peledeísta Minerva (Minou) Tavárez Mirabal había hecho la crítica al clientelismo que se sostiene con el presupuesto del ala izquierda del Congreso Nacional. Pero ni su partido ni la administración de Martínez le han puesto punto final a la historia. Todo lo contrario. La extienden en estos días de déficit y reforma fiscal, en los que el presidente Danilo Medina hasta ha tenido que poner a Dios como testigo de la preocupante situación que afecta a los fondos del Estado.
Doble “asistencia social”
De manera recurrente la Cámara de Diputados se dedica a gastar parte importante de sus fondos (públicos) en un Programa de Asistencia Social que no aparece detallado en sus reportes de ejecución presupuestaria (al menos de modo explícito).
Además de no ser transparente, y de estar divorciada de las funciones propias del Congreso (legislar, fiscalizar y representar), esta práctica es hasta redundante dentro del mismo organismo. Y es así porque sus 190 miembros reciben cada mes, aparte de sus altos salarios, viáticos y gastos de representación, un fondo de asistencia social (cofrecito) que asciende a RD$50 mil, más otros RD$87 mil que, según el diputado Cristian Paredes, pueden manejar a discreción en sus respectivas comunidades, sin rendir cuentas de nada a nadie.
El presupuesto
Para todo el 2012, la Cámara se preparó un presupuesto de RD$3 mil 716 millones 957 mil 980.
Aunque la entidad tiene a la transparencia administrativa como lema propagandístico, la ejecución de estos recursos se lleva a cabo dejando a su paso muchos espacios oscuros. Por ejemplo: el organismo proyectó un gasto anual de RD$35 millones 601 mil 500 en la categoría presupuestaria de “Otros servicios no personales”, pero el primer semestre no bien había cerrado cuando los desembolsos de este renglón llegaban a RD$247 millones 258 mil 503. Esto significa una diferencia absoluta de RD$211 millones 657 mil, y un cambio porcentual de 594 por ciento.
Es más fácil comprender el significado de esta variación si se piensa que representa el sueldo base de 23 mil 590 maestros y maestras del nivel básico del sector público, y al de más de 40 mil agentes rasos de la Policía Nacional.
Así se manejan las cuentas en el Congreso de la República Dominicana, justo cuando la ciudadanía está invitada por las autoridades a “apretarse los cinturones” para asumir una nueva carga tributaria.
Diputados dan en Reyes, Madres y Navidad
La Cámara de Diputados insiste en tener un programa de Asistencia Social a pesar de que el Poder Ejecutivo cuenta con todo un gabinete asignado a esa función estatal. En su afán de “ayudar a los pobres”, la Cámara Baja aparta fondos para celebrar el Día de Reyes, Día de las Madres y Navidad, además de que asigna recursos para la compra de útiles escolares, entre otros servicios en comunidades.
Reinaldo dijo que habría austeridad legislativa
A finales de agosto, con menos de un mes en el cargo de Presidente de la República, Danilo Medina anunció al país una serie de medidas de austeridad orientadas a recortar los gastos del Gobierno Central. Dijo que se venderían los vehículos de lujo del Ejecutivo, se eliminaría el uso de ciertas tarjetas de crédito, se reduciría el gasto de combustible y, entre otras cosas, se cancelarían las canastas y fiestas navideñas.
Poco después, el presidente del Senado, Reinaldo Pared Pérez, aseguró que el Congreso Nacional se sumaría a los planes de Medina. En ese entonces los medios tomaron la palabra a Pared Pérez como presidente del Senado, pero también como el secretario general del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) que es capaz compartir las líneas partidarias relacionadas con todo el Poder Legislativo. Ahora las licitaciones de la Cámara de Diputados ponen en duda la promesa