WASHINGTON— Activistas e inmigrantes se apostarán de manera indefinida en las inmediaciones de la Casa Blanca a partir del sábado con la meta de presionar al presidente Barack Obama para que suspenda las deportaciones con una decisión administrativa, se informó el jueves.
Representantes de al menos tres organizaciones a favor de una reforma migratoria que incluya la opción de la naturalización para los inmigrantes que ingresaron a Estados Unidos sin autorización anunciaron en conferencia de prensa que la presencia indefinida cerca de la Casa Blanca comenzará justo después de las marchas previstas el sábado en 40 ciudades para denunciar que las deportaciones ascendieron a dos millones desde que Obama asumió la presidencia en 2009.
Naira Zapata, una poblana de 19 años que reside desde 2006 en Arizona, pidió la liberación de su pareja, el jardinero Ardany González, para que pueda conocer a la niña de ocho meses que nació después de que él fuera detenido.
“Obama sólo hace promesas pero no hace nada. Desde que ganó (las elecciones) sólo ha habido deportaciones. Queremos que se ponga las pilas y arregle el sistema para que nos dé oportunidades”, dijo Zapata con la bebé en sus brazos.
César Vargas, directivo de la organización DRM Action Coalition, dijo a The Associated Press que la semana próxima llegará a la capital estadounidense una delegación de familias procedentes de California y que planean recibir cada semana a delegaciones de diferentes estados.
Los manifestantes mostraron pancartas en inglés y en español a favor de detener las deportaciones.
La Casa Blanca suspendió en 2012 las deportaciones de algunos inmigrantes menores de 30 años traídos a Estados Unidos sin autorización cuando eran niños, pero Obama ha reiterado su renuencia a suspender más deportaciones alegando que la única solución permanente es una reforma legislativa.
Tania Unzueta, integrante de la Red Nacional Organizadora de Jornaleros (NDLON, por sus siglas en inglés), dijo que los apostados cerca de la Casa Blanca intentarán obtener una audiencia con Obama para que el mandatario escuche directamente de las familias el impacto que representan las deportaciones.
“No nos iremos hasta lograr resultados. Hemos presentado sugerencias como ampliar la suspensión de deportaciones o eliminar el programa Comunidades Seguras y queremos escuchar una respuesta ahora”, dijo refiriéndose a un programa que involucra a las policías locales en la aplicación de leyes migratorias.
El Congreso mantiene en el limbo la reforma migratoria ya que la mayoría republicana en la Cámara de Representantes se ha negado a debatir el proyecto aprobado en junio por el Senado, de mayoría demócrata.
El presidente de la Cámara de Representantes, el republicano por Ohio John Boehner, dijo en febrero que será difícil lograr en 2014 una reforma que regularice la situación de 11 millones de inmigrantes que ingresaron a Estados Unidos sin autorización.
El republicano por Virginia Bob Goodlatte, presidente de la comisión de asuntos jurídicos de la cámara baja, dijo el jueves que desconoce si el debate sobre reforma migratoria progresará este año.
“No puedo ofrecerle un cronograma. Depende de cuándo la bancada republicana esté lista para avanzar”, indicó a AP tras ofrecer una conferencia en el Newseum.
Kenia López, residente en el distrito electoral de Goodlatte, le pidió que votara a favor de una reforma migratoria para evitar la deportación de su padre, detenido desde hace mes y medio.
“No quedé satisfecha con su respuesta porque no me dio garantía de que trabajará” a favor de una reforma, dijo a AP la salvadoreña de 15 años.
Los republicanos están reacios a abordar el polémico tema en un año electoral, especialmente ante indicios de que puedan aumentar su representación en las elecciones de medio término previstas en noviembre.