La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, se encuentra reunida de emergencia con su Gabinete para discutir los peores disturbios que Brasil ha visto en dos décadas.
El jueves, más de un millón de personas se manifestaron en todo el país contra los servicios públicos deficientes y por primera en esta ola de protestas ez murió un mainfestante, en Sao Paulo.
Hubo episodios de violencia en muchas ciudades y la policía utilizó gases lacrimógenos y balas de goma para limpiar las calles.
Las manifestaciones del jueves fueron las mayores hasta ahora en un movimiento que pareció emerger de la nada en la última semana.
El aumento de las manifestaciones llevó a la presidenta Dilma Rousseff a cancelar un viaje a Japón y convocar la reunión de emergencia.