Sabía usted que no hay nadie tan rico que no necesite de algo, ni tan pobre que no pueda dar. Y es que en las relaciones interpersonales hay un permanente intercambio que es lo que le da sentido a la vida.
Porque no se trata sólo de bienes materiales, sino que hay otros valores que enriquecen al ser humano y que sin estos se siente un vacío interior. Hay que dar amor a nuestro prójimo, agua al sediento, alimento al que tiene hambre, ayuda al necesitado, entre otros aspectos en los que Dios nos suple.
Y en materia de dar es imposible ganarle al Creador, quien no sólo nos dio la vida, más aún, como dice la Biblia en Juan 3:16 “de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree no se pierda, mas tenga vida eterna”. Experimente hoy la satisfacción que hay en dar.