Dedicatoria a los coroneles Fernández Domínguez (EPD) y a mi hermano Marino (R) Almánzar García, coronel (R) FAD.En las últimas entregas he escrito valiosas informaciones históricas sobre la guerra de abril y las dos intervenciones Estadounidenses de 1966 y 1965 en las que lamentablemente murieron muchos soldados del Ejército Regular, así como algunos constitucionalistas, entre los cuales se destacó el valioso coronel Lora Fernández, jefe de Estado Mayor del Gobierno del Presidente Caamaño Deñó, cuyo contenido histórico destaco a continuación:
Instalado el gobierno provisional, los militares constitucionalistas fueron confinados en el Campamento 27 de Febrero, donde actualmente se aloja la Base Naval de la Marina de Guerra.
El 19 de diciembre una amplia representación del grupo constitucionalista viajo a la ciudad de Santiago de los Caballeros, para rendir tributo al coronel Rafael Tomás Fernández Domínguez, quien había perecido en el ataque al Palacio Nacional, junto a otros valiosos militares y civiles constitucionalistas.
Estando en el cementerio comenzaron a recibir algunos disparos salidos de francotiradores, muy bien posesionados, con el fin de amedrentarlos, de ahí se fue el grupo completo encabezado por los coroneles Caamaño Deñó y Montes Arache al hotel Matún, y mientras desayunaban fueron atacados por el Ejército Nacional, desatándose una cruenta batalla que dejó muertos de ambos bandos.
Afirma el valioso militar Ramón Montes Arache (EPD) comandante de los agresivos hombres ranas, en entrevista que concedió al periódico Última Hora en abril de 2001 que el viaje a Santiago fue una “actividad no bien planificada” que nunca estuvo de acuerdo , insinuada por miembros de partidos de izquierda en el que murieron muchos soldados jóvenes innecesariamente.
Advirtió el coronel Montes Arache, que aunque la mayoría del pueblo estaba con ellos, propiamente estaban presos en el campamento 27 de Febrero porque por imposición de fuerzas poderosas habíamos perdido la revolución y que en consecuencia no debíamos actuar con arrogancia porque en el fondo no éramos más que los vencidos.
Las únicas armas largas que contrarrestaron el ataque al hotel Matún, fueron llevadas por Montes Arache y sus hombres ranas.
Los constitucionalistas peleaban por principios y por defender sus propias vidas. Según el coronel Montes Arache, solo murieron tres de sus hombres el coronel Lora Fernández, un artillero llamado Peñita y un tercero, que resultó ser un miembro de la Policía Nacional, quien se había infiltrado en las tropas constitucionalistas. En el ejército popular, lamentablemente, perecieron muchos soldados. Mediante la intervención de diferentes personalidades, nacionales y representantes de organismos internacionales se negoció un cese al fuego que dio por terminado el enfrentamiento entre los militares constitucionalistas y el ejército regular. En horas de la noche regresaron en helicópteros y otros medios de transporte a la ciudad Capital los miembros del ejército revolucionario.
Debo añadir que el capitán Marino Almánzar, hermano del autor de este artículo, fue de los militares constitucionalistas que luchó en la batalla del hotel Matún, y como las noticias que llegaban a la capital eran exageradas, sobre esta histórica batalla, mi otro hermano, el ingeniero Alejandro Almánzar (EPD) y yo nos preparamos para recibir el cadáver de nuestro hermano Marino para proceder a celebrarle los funerales, lo que gracias al Señor no sucedió y aún vive, dedicado a su oficio de mecánico de equipos pesados, que aprendió en el Ejército Nacional, al ser uno de los técnicos más destacados del batallón blindado de la Fuerza Aérea Dominicana.