Los barrios pobres, los lugares donde viven las mayorías desconectadas del desarrollo, y de la vida como debe ser si fuéramos racionales, son con frecuencia los lugares donde los bancos se niegan a prestar dinero; donde las cadenas de supermercados o tiendas se niegan a abrir sus tiendas. Son sitios donde los servicios básicos están ausentes pero donde vive muchísima gente.
Esos bolsones de miseria, en todos los sentidos, son una realidad en Santo Domingo, incluso dentro de barrios de ricos, como cánceres en metástasis. Los gobiernos locales les han negado recursos -para la recolección adecuada de basura, calles asfaltadas, parques, o servicios esenciales como los bomberos. Pero son una realidad que nos negamos a ver, que queremos ocultar.
Podemos ver el barrio Santa Bárbara como se cae a pedazos desde hace unos 30 años sin que nadie haga algo. El entorno al río Ozama y su desembocadura es pura pena. La Ciénaga es una escena dantesca vista desde los puentes, y es un puro infierno vista desde dentro.
Una sugerencia simple es que un gobierno de cuatro años decida sanear el Ozama y sus riberas un kilómetro por año; y en cuatro años tendríamos cuatro kilómetros de una ciudad nueva, vivible y atractiva. Un kilómetro por año es casi nada, pero sería el gran paso para esta ciudad y río con tanta historia.
Santa Bárbara podría ser el Distrito del Arte que necesita Santo Domingo. Sus casonas son perfectas para Residencias de Artistas y para galerías y museos. Su entorno, con la Zona Colonial, el río Ozama, los puentes que desunen aquel lado y este lado, la cercanía a la ‘Zona Apache’ y su frente a la Marina no pueden ser más que ventajas para desarrollar un proyecto de incentivos.
Al gobierno local y a los bancos que tanto les gusta hablar de modernidad y de “si quieres, lo puedes tener” deberían entender el nuevo término “Gentrificación”, que es un proceso de transformación urbana en el que la población, invasora o no, de un sector o barrio deteriorado y paupérrimo es progresivamente desplazada por otra de un mayor nivel adquisitivo, a la vez que revitaliza el barrio y con ello gran parte de la ciudad. No es verdad que los pobres que viven en Santa Bárbara y la Zona Colonial pueden hacer que esos barrios vuelvan a vivir. En la mayoría de los casos esos pobres son ocupantes ilegales que han sido los causantes del problema. No me importa que suene mal eso, porque ese es otro de nuestros problemas, el dejarnos hundir porque los causantes son pobres padres de familia, todo un círculo vicioso en el que nos jodemos todos.
