Los seguidores de la selección dominicana de baloncesto quieren ver un triunfo en la Copa Tuto Marchand que se lleva a cabo en Puerto Rico y en la que el equipo criollo tiene registro de 0-3.
Este es un evento de preparación, que primero no clasifica a nada, y segundo, no da puntos, ni siquiera, para el ranking mundial de la Federación Internacional de Baloncesto (FIBA).
Sé que muchos tienen preocupación por el 0-3 y están ávidos de un triunfo, no importa si esa victoria llega jugando mal.
Aquí radica mi mayor preocupación: si se juega mal o se juega bien, no si se gana o se pierde.
Ese equipo no ha jugado bien, sí ha tenido destellos de eso, pero no ha sido consistente a la hora de emplear un buen desempeño en cancha.
Desde mi óptica, a pesar del revés ante Argentina ayer, este ha sido un encuentro menos malo para los quisqueyanos, que mostraron algo de personalidad, pero que no fueron consistentes.
Es difícil analizar a un coach cuando claramente se ve que está moviendo fichas, que está experimentando, que deja pura libertad de accionar a sus jugadores sin un esquema ofensivo con cierta claridad. Hoy corren, mañana juegan el baloncesto de adentro hacia fuera, en otro juego rotan el balón en el perímetro y así sucesivamente.
Resulta cuesta arriba descifrar a Kenny Atkinson. Tal vez eso es lo que quiere, que no le descifren su estilo de juego antes de llegar a la competencia, que dicho sea de paso, arranca el lunes, especialmente cuando se tratan de los mismos rivales que estarán allí.
Hoy, estoy seguro, veremos finalmente el equipo y el perfil de juego con el que se irá el técnico norteamericano. Entre las cosas buenas que vi ayer fue a un Francisco García más suelto, con un mejor ritmo de juego. No estoy seguro si García tenga el tiempo suficiente para llegar 100% al evento, algo que realmente afecta al conjunto. Su largo tiempo de inactividad le ha pasado factura. Eulis Báez es otro que necesita conseguir la mejor forma en aras de jugar el rol que le ha correspondido en los últimos eventos internacionales.
No es hora de sufrir, eso comenzará con el Preolímpico.