Es cierto que la selección nacional de baloncesto Sub-19 ha perdido dos encuentros en el Mundial de la categoría que se desarrolla en Grecia. Perder es perder, duele y mucho. Pero también uno saca cosas positivas de las derrotas y pienso que el saldo que hasta el momento registra nuestra representación es más brillante que oscuro.
Los reveses batallados ante Serbia, número 2 del mundo en categorías menores, y frente a Grecia, ranqueada en la décima tercera posición del escalafón de la FIBA, dicen mucho de lo bien que vamos, pues hemos visto en apenas tres encuentros que nuestro baloncesto tiene el nivel mundialista. Por si acaso, la FIBA nos ubica en la posición número 36.
Ayer, la escuadra de José Mercedes derrotó a Corea en la que fue la primera victoria en la historia para República Dominicana en primera ronda en un evento mundialista. Es que durante la edición de 1983, en Palma de Mallorca, España, nuestra representación consiguió cuatro triunfos, pero ninguno se dio en la ronda preliminar, todos se registraron en los enfrentamientos de consolación.
Aquella selección quedó en la novena posición. Sin el ánimo de compararlas, es obvio que muchas cosas han cambiado desde entonces. Pero es más que evidente el desarrollo que hemos tenido y eso es gracias al trabajo que se ha hecho con el programa de categorías menores, que desde 2013 está dando sus frutos. Mercedes, Melvin López, Juan Matos, Juan Pablo Brito y otros técnicos dominicanos se han entregado en cuerpo y alma.
Poco a poco se crea un perfil, una filosofía, un estilo de juego, algo que habíamos perdido en las últimas dos décadas generará sus beneficios en lo adelante. Otro de los puntos a resaltar con el programa es que los miembros de las selecciones de hoy son los mismos que estarán en un futuro en la escuadra grande y el hecho de que esos muchachos se desarrollen juntos en lo técnico y en lo humano es una garantía de buenos resultados.
Esperemos que a partir de hoy, que se juega frente a Italia, lleguen más triunfos y si por obra del destino aparecen más derrotas, bienvenida sean, pero que sean de aprendizaje.