Nicolás Maduro ha fallado en todas las pruebas de carácter en que se ha visto envuelto desde que su destino lo llevó a Cuba, siendo un jovencito. Sus exabruptos acusatorios contra los venezolanos que no piensen igual que él, y sus jefes cubanos, le hacen ver como “enemigos” a todos. Parece que la ira ha madurado en su corazón unas uvas que no son venezolanas. El mismo Chávez, hombre de mentalidad caótica, no transmitía tal nivel de crispación y rabia contenida como la que manifiesta el pupilo cubano.
Más mal que bien, pero en aparente democracia, Hugo Chávez consiguió ganar el poder mediante las urnas populares; pero Maduro ve cualquier referencia a volver a las urnas como sedición golpista de la Derecha y el imperialismo yanqui. Solo ve intentos de “Golpe de Estado” cuando se disiente con él sobre cualquier tema. Sin embargo, él y Diosdado Cabello siguen con su programa “Con el mazo dando” como una trinchera contra su propia patria.
Los gobiernos de Argentina y Bolivia, no incluyo a Cuba porque Cuba es gobierno en Venezuela, han estado dando respaldo visible a los últimos desmanes de Maduro. Parece que el respaldo internacional ha tocado fondo y lo que resta es un baño de sangre joven venezolana en las calles, y todo el mundo lo ve venir, excepto la Kirchner y el Evo. La OEA fue visionaria en 1962 al prever que Cuba sería una dictadura perniciosa para Latinoamérica, 52 años después vemos que la dolorosa premonición de la OEA se ha cumplido en el Arauco vibrador.
Maduro dice que Chávez lo visita en forma de pajarito, y que le transmite mensajes para gobernar. Eso es de un loco o de alguien que considera estúpido a los venezolanos; creo que son las dos cosas a la vez. El único pajarito que se le ha presentado al Maduro ha sido Twitter y lo que ha hecho Maduro es bloquearlo para que la oposición no se pueda comunicar, ni informar el mundo de la violencia callejera a que está sometiendo a los venezolanos.
Un gobierno de salvación nacional, sin el parásito cubano, sería la única vuelta de tuerca que se avizora en Venezuela. Maduro y los Castros imponen un modelo que se muestra incapaz de gestionar cualquier función esencial de gobierno. Pero lo que está claro, es que no se puede seguir enviando a malandros motorizados a matar venezolanos en las calles, para mantener un régimen que con la muerte de Chávez había terminado.
Los venezolanos son hermanos de los Pumas, no de la espuma, y aunque ahora están exponiendo sus pechos a las balas de los malandros, sabrán salir adelante. l