Anderson deja sus huellas en la pelota invernal dominicana

Anderson Hernández, quien desplegó su talento con apenas 21 años en el béisbol dominicano, se ha convertido en un pilar para los Tigres del Licey.

Anderson Hernández, quien desplegó su talento con apenas 21 años en el béisbol dominicano, se ha convertido en un pilar para los Tigres del Licey.No hay récords, cifras, campeonatos, premios que galardonen mejor al quisqueyano que ganarse su cupo en el grupo “Los Menores”, junto a sus compañeros Erick Aybar y Emilio Bonifacio. “Han sido muchos los recuerdos buenos aquí con el Licey. Definitivamente, me quedo con el año de “Los Menores” cuando quedamos campeones (2005-06)”, dijo Hernández a elCaribe.

Sí, esa campaña fue de ensueño para “Los Menores” que atemorizaron el picheo de sus contrarios y fueron un dolor de cabeza para los dirigentes en la liga. Más temprano que tarde, en esa temporada también se ganó el respeto de sus compañeros y fue un baluarte de liderazgo para el Licey, que contribuyó junto a Aybar a proporcionarle otra corona más al conjunto azul, en una serie final contra las Águilas que terminó 5-2.

Asimismo, en 2005-2006 se estrenó como “Novato del Año”. Y desde entonces ha sumado un baúl de galardones como convertirse en Jugador Más Valioso de las finales en 2005-06 y 2008-09. Además, de poseer el récord de más dobles (20) en una temporada desde 2008-2009 cuando también encabezó la liga en anotadas (41), hits (77) y triples (6). Fue primero en hits (58) en 2011-2012 y en dobles (13) en 2012-2013. “Me siento contento y privilegiado de todo lo que he ganado. Además, muy agradecido siempre, la gloria de Dios se la doy por permitirme estar aquí en el terreno de juego”, enfatizó Anderson, quien ha jugado 11 temporadas para el conjunto azul. Ahora, con 34 años, Hernández no sólo demuestra en el terreno de juego que aún tiene las destrezas para producir, sino también le enseña a los más jóvenes el amor por el juego y actuar de forma correcta dentro y fuera del terreno. “Me siento contento porque siempre he estado aquí desde que llegaron. He visto este nuevo núcleo desarrollarse muy bien y están haciendo el trabajo”, expresó Anderson, que en 2006 fue el prospecto número ocho de los Mets de Nueva York. “Humildad, perseverancia y solidario”, son algunos de los valores con los que se autodefine Anderson, quien ha recorrido por seis equipos de Grandes Ligas, y que ha participado en la Liga Independiente, México y Japón. Por el momento, no piensa cuándo colgará los spikes. En este momento, solo disfruta de esta serie Águilas contra Licey, que no vivía desde la temporada 2008-2009. “Me siento muy contento y es muy emocionante para mí volver a revivir esta serie. Siempre han sido los grandes rivales, Tigres y Águilas”, enfatizó Anderson. 

De tío a sobrino: el béisbol en la sangre 

Sergio Alcántara, el sobrino de Anderson, se ha convertido en la sensación dentro del equipo azul. Con sus destrezas ofensivas y su oportuno bateo se ha ganado la admiración y respeto en el béisbol criollo. “Los jóvenes de ahora están haciendo un buen trabajo. Mira a mi sobrino Sergio, quien está haciendo un buen trabajo. Siempre me ha visto como soy, gran persona. Él es muy inteligente y siempre ha ido por un buen camino”,  resaltó Anderson. 

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