Anciana vive sola y con precariedades

Santiago. A unos pocos kilómetros del centro de la ciudad, Rosa María Parra, de 93 años, ha vivido los últimos 50 años de vida llenos de precariedades y en soledad.

Santiago. A unos pocos kilómetros del centro de la ciudad, Rosa María Parra, de 93 años, ha vivido los últimos 50 años de vida llenos de precariedades y en soledad.Su condición de vida es similar a la que viven de muchos en poblaciones rurales del país, donde hay déficit de infraestructura, salud, alimentación, servicios básicos y otros. Doña Rosa vive en su humilde techo que la cobija en el sector de La Herradura, el que levantó cuando aún tenía fuerzas y trabajaba en el Hospedaje Yaque. A pesar de sus limitaciones, dice que Dios ha sido generoso al darle lo que ella llama su hogar y también agradece su longevidad. A pesar de sus 93 años mantiene impecables sus utensilios de cocina, sus alimentos, su mobilirio, sus maceteros, un altar dedicado a la Virgen de la Altagracia, a quien le reza todos los días y el rosario que lleva en su cuello, que solo se quita para ducharse y dormir.

Limitaciones

Rosa, quien padece de presión arterial y tiene su columna quebrantada, cuenta con la ayuda de su vecina Basilia Henríquez, mujer solidaria que le da de comer y colabora con los quehaceres de su casita. “Quisiera hacer más por ella, pero mis condiciones no son las mejores, ayudo en lo más que puedo y cuando hace su gravedad me quedo hasta a dormir con ella con el temor que pueda pasarle algo por la noche”, cuenta Basilia.

Basilia Henríquez dijo que “en ocasiones tengo que hacer diligencias fuera, y por no dejarla desamparada tengo que rehusar de hacerlas, pero Dios es bueno, espero que la ayuden”. Explicó que aprovechaba este medio para hacer un llamado para que manos solidarias atiendan su llamado de solidaridad. Esta mujer, con 93 años a cuestas, no cuenta con ayuda oficial para tener una alimentación digna, ni tiene los recursos para comprar los medicamentos que que requiere para aliviar sus dolencias. 

Tuvo un esposo y un hijo que ya no están

Doña Rosa tiene claro en su memoria que nació en el año 1922.

Comentó: “yo tenía un esposo, y murió hace más de 14 años. Tuvimos un hijo, pero Dios lo necesitaba y se lo llevó, por eso estoy aquí, sola, haciendo la lucha, porque él me dejó hace mucho tiempo”.

Parra ha tenido que vencer muchos obstáclos para sobrevivir.

Posted in Sin categoría

Más de

Más leídas de

Las Más leídas