“Antes de comenzar mi nuevo álbum comencé a escribir una lista de las cosas que me ponían enferma. Y una de ellas era cómo se lava el cerebro de las mujeres para que sintamos que necesitamos estar delgadas, sexis, deseables o perfectas. Una de las muchas cosas de las que estaba harta era de ser juzgada constantemente por otras mujeres”. Quien escribe esa carta es la cantante Alicia Keys y la publicó en un portal feminista en junio de este año y la terminaba con una decisión: “Porque no me quiero maquillar más. Ni la cara, ni la mente, ni mis sueños, ni mis luchas, ni mi crecimiento emocional. Nada”. Es la decisión de una mujer de acabar, por lo menos en su vida, con la dictadura de la vanidad, de la máscara social que conllevan los maquillajes y los disfraces de modistos y diseñadores de modas. Es tirar a la hoguera de las vanidades una carga demasiado pesada que, después de los 40 años, se vuelve patética.
También un ejemplo de la liberación de las cargas sociales nos viene desde lejos, Girolamo Savonarola quien era un erudito y un hombre de Dios. Fue ejecutado mediante horca y luego quemado en una plaza pública de Florencia, donde poco antes había conseguido su triunfo más espectacular “La hoguera de las vanidades” donde hizo la quema de grandes montones de objetos de vanidad como el cabello falso, cosméticos, trajes ostentosos, y las obras de arte no dedicadas a los más altos principios morales (Botticelli quemó algunas de sus obras allí) entregados para el fuego por florentinos temporalmente arrepentidos. Savonarola también fue un fanático cuyo poder se desvaneció a través del agotamiento de sus seguidores, incapaces de mantener su tono de intensidad. Lo de Alicia Keys no es protesta a favor de una caza de brujas o el rechazo a personas en una histeria pública. Es equilibrando la balanza ante tanta vanidad y oropel. Es una protesta contra la sociedad de la ignorancia, la sospecha, la envidia, la calumnia, el fraude y los engaños cosméticos. Es un retiro del exceso de falsedad. Dejar el maquillaje excesivo o el vestuario sólo de marcas caras. En otras palabras quitarse el disfraz.
También, La hoguera de las vanidades -The Bonfire of the Vanities- es una novela de Tom Wolfe del año 1987, en la que vemos un cuadro satírico sobre las costumbres de la sociedad de Nueva York en los años 80, marcada por el submundo de los adinerados ejecutivos de finanzas y sus interacciones con el resto de la sociedad.
Alicia Keys, joven, guapa, gran voz, gran mujer, y gran visionaria social.