Llegó lo que muchos no querían ver. La Asociación Dominicana de Profesores (ADP) comenzó una lucha por reivindicaciones de ese sector, que sin lugar a dudas generó cierta simpatía. Bajo el influjo de la lucha por un 4% del PIB, la ADP aunque no fue un gremio protagónico en este esfuerzo, sumó voluntades a este grito nacional, liderado por la sociedad civil. Sin embargo, por lo envolvente del tema, el sector magisterial sabía que de ser aprobado a los maestros “aunque sea colita”, le salía. Y es que no se puede concebir una mejora en las aulas de nuestro país, sin tocar el factor humano más visible, los maestros. Así, con el presupuesto para el 2013 aprobado, aún estaba calientito, los profesores iniciaron un proceso de persuasión para que su situación salarial sea modificada. Mientras otros priorizaban la construcción de aulas, o equipos modernos en los planteles públicos, en los pasillos y salones de actos los maestros tocaban otra melodía. Y de qué manera, pensaban que se merecían un aumento del ciento por ciento en sus cheques de cada fin de mes. Los reclamos a través de sus asambleas, encuentros zonales, medios de comunicación, no se hicieron esperar y hasta encontraron manos amigas que le ayudaban en su caminar. “Se lo merecen” decían en sus comentarios creadores de opinión pública y hasta funcionarios gubernamentales del área educativa. Sólo que han llegado estos días y está pasando lo que nadie quería ver: “las huelgas en las escuelas y la pérdida de docencia”. ¿Por qué hay que llegar a estos términos en estos nuevos tiempos? Los mismos profesores del sector público, en determinados momentos se han convertido en verdaderos luchadores en defensa del derecho a la educación que tienen los más desprotegidos. Cada vez que se pierde una hora de clases son los más necesitados, incluyendo la mayoría de los hijos de los profesores del sector público, los que resultan perjudicados. No sé si se ha llegado a este recurso ultra por la ineficacia de los funcionarios del Gobierno que dirigen el área o por la impaciencia de los profesores que dirigen el gremio, pero el asunto es que en esta lucha se ha pasado a la parte más dolorosa: la pérdida de docencia. Aun así hay tiempo para sentarse a dialogar sobre este aspecto colocando la objetividad de ambas partes por encima de la tozudez, por el bien de todos. Vamos… ¡mano a la obra!
La ADP
Llegó lo que muchos no querían ver. La Asociación Dominicana de Profesores (ADP) comenzó una lucha por reivindicaciones de ese sector, que sin lugar a dudas generó cierta simpatía. Bajo el influjo de la lucha por un 4% del PIB, la ADP aunque…