El 339 de Etzel Báez, otro género del cine en RD

Con el transcurrir de los años el cine dominicano ha comenzado a crecer, no solo en la cantidad de producciones anuales que se realizan, sino también en la diversificación de géneros y en su calidad. El cine criollo se encuentra en…

Con el transcurrir de los años el cine dominicano ha comenzado a crecer, no solo en la cantidad de producciones anuales que se realizan, sino también en la diversificación de géneros y en su calidad.

El cine criollo se encuentra en proceso de desvincularse de los filmes exclusivamente de humor, que basan su trama en comedias de situación, y en personajes populares de la televisión, el deporte y la farándula.

Estamos ante un aumento de las producciones de cine dramático, lo que abre un horizonte de posibilidades para el cine dominicano, que puede tener sus defectos, pero para hacer buen cine primero hay que hacer cine.

Además del cine dramático podemos citar el cine histórico y el biográfico o Biopics, como se les conoce internacionalmente. Estos contienen elementos importantes para equilibrar la propuesta temática brindada al público y que a la vez sirven para la historia documental de nuestro país.

Hasta el momento los Biopics no han llenado las expectativas de la audiencia que acude a las salas y han pasado a ser archivos fílmicos que ni siquiera llegan a las aulas. En una sociedad tan visual como la actual se desaprovecha este tipo de recursos.

En los filmes basados en hechos reales es más difícil lograr la perfección porque hay que buscar una forma de contar la historia que sea lo más apegada a la verdad y a la vez atractiva a los espectadores. En este sentido, la película “339 Amín Abel Hasbún” cuenta la historia del asesinato del dirigente estudiantil y político revolucionario. El hecho ocurrió en el gobierno de los doce años de Joaquín Balaguer. Es una adaptación del libro “El Gigante Dormido”, de Fidel Santana.

Fortalezas y debilidades del filme

En primer lugar creemos que no debió llamarse “339 Amín Abel Hasbún” porque este título nos remite inmediatamente a la vida del personaje y no del caso en sí. Quizás “Asesinato 339” o “Caso 339” hubiese encajado más con la trama, porque aquí lo principal es el asesinato y no las causas y consecuencias del mismo.

Pudieron utilizarse los momentos iniciales de la presentación de créditos para colocar imágenes del personaje y así ubicar mejor a las personas que no conocen bien la historia o para fines de proyección internacional.

La reiterada presentación previa de los interrogatorios y la falta de imágenes de apoyo que sustenten la narración de los hechos, desde la perspectiva de cada individuo, hace que uno no enganche de inmediato con el relato.

La forma de narrar el asesinato del Amín Abel tiene muchos aciertos en la forma de presentar la historia. Se optó por una manera diferente a la que estamos acostumbrados en el cine dominicano. Se relata en el tiempo presente, haciendo retrospectiva de los hechos del momento específico del asesinato de Amín y los interrogatorios subsiguientes a los implicados.

Otro aspecto del cual quizás se abusó es la utilización de elementos desequilibrados en las escenas, que al parecer buscaban que uno entendiera el “descalabre” o el “desequilibrio” de la justicia y la libertad en esos momentos, pero que distraen al espectador del diálogo de los personajes.

También fueron certeros en los momentos posteriores a los interrogatorios, justo donde se desarrollan los hechos, donde la trama realmente atrapa, sobre todo porque el asesinato es contado desde la perspectiva de cada personaje presente en el momento que ocurrió el hecho y sin excluir a los demás personajes.

En lo que respecta a la actuación, es creíble en su mayoría, sobre todo la de Margaux Da Silva, que encarna a Mirna Santos, la esposa de Amín Abel. Su trabajo fue tan bueno que nos dio la impresión de que el de ella era el personaje principal de la trama. De hecho, la carga dramática de la historia se sustenta en la perspectiva de Mirna frente a un Amín casi ausente. Margaux (Mirna Santos) logra transmitir ese sentimiento de rabia ante la injusticia.
Vale destacar, igualmente, las actuaciones de Ernesto Báez (teniente Eddy), Mario Núñez (sargento Portorreal) y de Pericles Mejía (Dr. Marino Ariza).

La fotografía estuvo muy bien lograda y la selección de los escenarios realmente nos transporta a la época, sin la utilización de cuantiosos objetos o extras para poner el contexto temporal, no así temático, donde se desarrolla la historia. El manejo efectivo del lenguaje también fue bueno. Los personajes hablan correctamente, pero sin perder el acento dominicano, ni las expresiones propias de nuestra cultura.

En resumen, a pesar de las debilidades que presenta, el primer largometraje de Etzel Báez supera a muchos productores experimentados del país, con lo que aporta un granito de arena a la base filmográfica de nuestra nación.

Sinopsis:

La trama se basa en interrogatorios a todas las personas que estuvieron presentes en el asesinato de Amín Abel Hasbún el 24 de septiembre de 1970, los cuales son realizados por el Procurador de Justicia del gobierno de Joaquín Balaguer.

Ficha técnica: 

Producción Ejecutiva: Etzel Báez y José Andrés Quezada
Productores: José Andrés Quezada
Guión: Etzel Báez
Fotografía: Leo Pérez
Montaje: Ramón Alfonso Peña
Música: Huayna Jiménez-Ronzino
Sonido: Nathaniel Natera

Elenco:
Margaux Da Silva (Mirna Santos),
Guillermo Liriano (Amín Abel Hasbún),
Ernesto Báez (Teniente Estrella)
Pericles Mejía (Dr. Ariza)
Yusell Félix (Paulina)
Pablo David Quinteros (Ernesto Vantroi)
Mario Núñez (Sargento Portes)
Héctor Then (Asesino de Amín)
Ico Abreu (Cabo Medina)
William Simón (Ayudante fiscal Tucídides Martínez Howley)
Miguel Lecler (Servicio Secreto )
Damaris Espaillat (Pura Rosa, secretaria)
Luis Miguel Abreu (Rafael Reyes Jerez, periodista)

Extras:
Cinthya Montero
Jorge Montero
Alfredo Capellán
Engel Brito
Miguel Lantigua

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