Las estadísticas publicadas por el Banco Central indican que en el 2012 la tasa de desempleo aumentó a 14.7%, debido a que se perdieron 6,604 puestos de trabajo en el mercado formal, y lo poco que aumentó la oferta laboral fue en el mercado informal con 54,519 plazas.El hecho de que el año pasado se hayan perdido empleos en el mercado formal y que sólo en la informalidad se crearon vacantes, muestra un empeoramiento del sector laboral nacional. Según las cifras oficiales, tomadas de la Encuesta de Fuerza de Trabajo que elabora dos veces al año el Banco Central, durante los últimos cinco años en el país se habrían creado 464,425 nuevos empleos, un dato que podría ser alentador si no fuera porque el 81% de esos puestos de trabajo están en el área informal, es decir, carentes de protección, de derechos laborales y de seguridad social.
Las cifras oficiales indican que a finales del 2011 los empleados en el mercado laboral formal sumaban 1 millón 686,001 empleados, mientras que para finales del año pasado bajaron a 1 millón 679,397, lo que indica una reducción de 6,604 empleos de un año a otro.
Sin embargo, en el mercado laboral informal, la ocupación pasó de 2 millones 161,177 puestos en 2011 a 2 millones 215,896 en 2012, para un incremento de 54,519 nuevos empleos “informales”.
Los representantes del sector empresarial ven con preocupación esta situación, pues todo indica que la economía no está registrando un crecimiento efectivo, sino más bien un deterioro, que ha obligado a pequeñas y medianas empresas a despedir personal, que luego se inserta en el mercado laboral informal, ya sea chiripiando o tomando empleos no permanentes. De hecho, la tasa de informalidad laboral ha aumentado en los últimos años, de acuerdo con los datos del banco Central. Por ejemplo, el 2008 se registraban 3 millones 519,271 personas con empleos, pero de esa cantidad el 54.8% eran informales y sólo 55.2% estaban en la formalidad laboral. Cinco años después la situación ha empeorado, pues el año pasado se registraron 3 millones 895,293 empleados activos, de los cuales el 56.9% son trabajadores informales, y sólo el 43.1% está en el área laboral formal.
Causas y consecuencias
El hecho de que una persona trabaje en el mercado informal, le limita en cuanto a sus derechos laborales; no cuenta con seguro médico, tampoco cotiza para un plan de pensiones ni de protección en caso de un accidente laboral, o para subsidio de embarazo, en el caso de las mujeres. Además, el empleado informal carece de garantías de cesantía laboral, lo que se conoce como la “liquidación” cuando es sacado de la empresa donde labora.
La baja en la oferta laboral formal podría estar empeorando en lo que va de este año, debido a que las empresas han reportado una caída de sus ventas entre 15% y 20%, de acuerdo con reportes de la Asociación de Industrias de la República Dominicana (AIRD).
Pero existe otro factor de incidencia en la caída de los empleos formales. Se trata de la práctica de algunas empresas, principalmente pequeñas y medianas, que para ahorrarse los elevados costos laborales han estado ofreciendo empleos informales dentro de empresas formales. Por ejemplo, una empresa con 20 empleados, es posible que tenga 5 trabajadores registrados y cotizando en la seguridad social, mientras que los otros 15 están nombrados como igualados o contratados por servicios, con lo que el patrón se ahorra 7% de su salario para el seguro médico, otro 7% del salario para el plan de pensiones, 1% para el pago a Infotep, así como 0.2% para el pago del seguro de accidente laboral y las previsiones económicas del pago de vacaciones, del doble sueldo de Navidad y de la cesantía en caso de prescindir de sus servicios laborales.
En medio de un mercado con escasez de oferta de empleos, el potencial trabajador, necesitado de trabajo, acepta el puesto, a sabiendas de que no cuenta con ningún tipo de garantía laboral, sólo con el salario mensual que ha de percibir por iguala en el contrato de servicios prestados. A la vez, el propio trabajador se libera de aportar 6% de su salario para el plan de pensiones y de seguro médico. “La ignorancia y la necesidad hacen que un trabajador acepte un puesto laboral bajo esas condiciones”, expresó un abogado que trabaja para el Ministerio de Trabajo y que pidió reservas de su nombre.
Informales no remunerados
Además de las cifras sobre empleos informales que perciben ingresos, el Banco Central lleva un registro de trabajadores informales no remunerados, es decir que “no son perceptores de ingresos”. En esa lista, el Banco Central ubica un total de 86,683 trabajadores durante el pasado año. Esa cifra ha variado en los últimos años. Por ejemplo, en 2008, el BC presentó un total de 145,219 empleados formales no remunerados, los que se sumaban a 1 millón 928,277 empleados informales remunerados.
Esa cifra luego bajó a 61,542 en 2009, subió a 94,848 en 2010, bajó a 83,609 en 2011 y el año pasado quedó en 86,683. Cuando se suman los no remunerados con los remunerados, se tiene que la tasa porcentual de empleados informales es mayor que el 56.9% mencionado.
Cifras no coinciden con los datos de la TSS
Aunque las estadísticas laborales que ofrece el Banco Central son las que se toman como referencia oficial en los organismos internacionales, otro indicador laboral parece ser más exacto, pero sus números no coinciden con los de la entidad monetaria. Se trata de la Tesorería de la Seguridad Social (TSS), donde se registra la cantidad exacta de trabajadores que cotizan a la seguridad social, es decir, de trabajadores formales. Las cifras de la TSS muestran que al cierre del año pasado había 1 millón 415,992 trabajadores formales cotizando a la seguridad social, muy por debajo de los 1 millón 679,397 que registra el Banco Central.
La posible diferencia puede estar en el hecho de que el Banco Central levanta sus datos mediante una “Encuesta de Fuerza de Trabajo” que realiza en los meses de abril y de octubre de cada año, mientras la TSS usa como referencia las cotizaciones que reportan las empresas formales. Las cifras de la TSS están disponibles hasta diciembre del año pasado.