Se ha vuelto necesidad para los individuos la búsqueda de momentos a través de los cuales puedan salir del ambiente de cotidianidad en el cual se manejan. El estrés diario provoca querer correr hacia donde se respire otro “aire” para renovar la mente y el cuerpo. El próximo lunes inicia la temporada de Semana Santa, por lo que se movilizan miles de familias a los distintos puntos de nuestra hermosa isla. Este año queremos llamar a una reflexión especial, que desde mi posición como terapeuta de conducta humana no puedo dejar de llevarles, como siempre en favor de nuestras familias, que son la base de la sociedad. Estamos arropados las 24 horas de temas que han provocado inseguridad y daños a todos, ya que como nunca los medios han hecho eco de ello. Es verdad que se necesitan cambios de toda índole, especialmente de valores y paradigmas, pero los mismos solo comenzarán a producirse cuando se dejen las críticas y todos unánimes entendamos que República Dominicana necesita ser cuidada y defendida entre todos. Llevamos años, desde aquí, tratando de concienciar sobre valorar lo que tenemos y olvidemos las diferencias políticas, religiosas sociales, y que dentro de nuestros hogares nos unamos, con el fin principal de cuidar y proteger la familia.
Son muchos los problemas que tenemos, pero, a mi entender, el mayor es la violencia interna que proyectan las personas en nuestras calles. Conducir calles y carreteras son ente generador de angustia, los eventos de violencia intrafamiliar se han convertido en cotidianos, sumados a otros actos como la delincuencia que nos tiene a todos en vilo. Pero, sin querer defender a las autoridades, llegó el momento para, en vez de ataques y críticas centradas en un solo tema, sentarse de una vez por todas a dialogar olvidando diferencias y lanzar un trabajo para con ello, entre todos, nos responsabilicemos con cambios de inmediato.Los que más me preocupan son los jóvenes, quienes están desesperanzados y emigrando a cualquier lugar precisamente por tantas informaciones tóxicas que solo les ha provocado querer salir y “escapar”. Ojo, nuestra Patria ha costado el sacrificio de grandes hombres y mujeres que murieron por ella. Ya basta, valemos mucho, recordemos que somos un pueblo cristiano, nuestro escudo es el único en el mundo con una Biblia abierta en el centro y el lema “Dios Patria y Libertad”.