El comunicador y dirigente político Nelson Marte opinó hoy que existe un conjunto de factores concretos, que se expresan a la vista de todos, incidiendo para que las elecciones presidenciales del próximo año queden decididas el mismo 17 de mayo, ahorrándole al país los costos económicos, políticos y sociales que involucraría una segunda vuelta, que se efectuaría tres meses después.
Esa segunda vuelta representaría más campaña electoral, más gastos, y una extensión de la situación de crispación e incertidumbre que vive el partido de gobierno, y que repercute en la economía y la tensión social que ha estado afectando e l país como consecuencia del visceral enfrentamiento entre el jefe de estado y de gobierno, Danilo Medina, y el tres veces presidente Leonel Fernández, razona.
Marte, quien mantiene una columna semanal en El Caribe, y ha escrito artículos de análisis y comentarios políticos en otros diarios, enumera lo que entiende son los principales factores “que están empujando” la decisión electoral en primera vuelta.
Aspiración de cambio. Cita en primer lugar la aspiración de cambio que ha estado mostrando la mayoría del electorado, frente al modelo de gobierno del PLD, recordando que en abril pasado fue publicada la encuesta Gallup-Hoy, estableciendo que entre las modalidades “cambio radical, quizás hasta revolucionario”, “un gran cambio”, o “alguna forma de cambio” sumaron alrededor de un 80% las opiniones de los electores.
Ya antes se habían manifestado importantes expresiones de descontento ciudadano con la gestión gubernamental morada, como la descomunal Marcha Verde del 22 de enero de 2017, y sus réplicas.
Más recientemente, el historiador y economista Bernardo Vega, reveló en uno de sus comentarios en SIN, canal 9, una encuestas encargada por empresarios, según la cual “más de un 91%”, casi todo el mundo”, dijo, “quiere un cambio”, pondera Marte.
Agotamiento y conflictos. El ex director Ejecutivo de El Nuevo Diario cita a continuación el factor de agotamiento del esquema de gobierno del PLD caracterizado por severos déficits institucionales, y promoción de un crecimiento económico basado en niveles de endeudamiento insostenible, y que genera desigualdad. Una política de gasto público fomentadora del clientelismo político parasitario y corrupto, en desmedro de vitales necesidades y servicios sociales en favor de la gente.
A eso se agrega el interminable conflicto entre los bandos capitaneados por Medina y Fernández, que zanjó finalmente en la división del partido, dejando en Gonzalo Castillo, por el PLD, y en Fernández, por la Fuerza del Pueblo, a dos candidatos fuera de competencia, frente al opositor Abinader.
Alternativa. Precisamente Abinader, candidato presidencial del PRM y una diversa y amplia alianza opositora, ha capitalizado plenamente la aspiración de la mayoría del electorado, predicando que el Gobierno del Cambio rescatará la institucionalidad, favorecerá el crecimiento económico con desarrollo social y será rigurosamente pulcro con la administración de los fondos públicos, para contar con recursos que ayuden a superar el descalabro de la seguridad ciudadana, alto costo de la vida, activamente de la economía, provisión de agua potable y controlar los apagones, educación y salud pública de calidad, fomento de empleos de calidad, seguridad social y otros.
Con una moderna trayectoria de joven gerente, proveniente de una familia reconocida por su honestidad y servicio a la sociedad, Abinader se ha constituido en la marca electoral del cambio, con alto crecimiento en su candidatura, impulsada por la sinergia que produce una alianza nacional opositora que junto a su partido ha construido con cuidado de orfebre.
Opiniones. Con la posibilidad de una definición del proceso se han identificado importantes voces, como la del reputado sociólogo y politólogo Wifredo Lozano, quien adelantó en una entrevista en acentotv.com que Luis Abinader podría ganar las elecciones el mismo 17 de mayo, mientras su colega Rosario Espinal reconoció en el mismo espacio que no ve posibilidad de segunda vuelta, y el jueves el comunicador Dany Alcántara, usualmente coincidente con las matrices comunicacionales del oficialismo, terminó opinando de manera parecida.
Como telón de fondo de esas premisas están las ostensibles presiones del Departamento de Estado de Estados Unidos para que el gobierno del PLD respete el curso institucional del país, y todas las pérdidas y peligros que en el entendimiento de otros poderes fácticos podrían ocasionar tres meses más de campaña, con una Junta Central Electoral permisiva, para no decir genuflexa, frente al partido de gobierno.