RÍO DE JANEIRO (AP) — El máximo tribunal brasileño decidió el jueves por estrecho margen permitir que el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva no sea llevado a prisión por una condena de corrupción, hasta que los jueces vuelvan a reunirse para decidir el futuro del líder izquierdista.
Mediante una votación de 6-5, el Supremo Tribunal Federal le concedió a Lula un salvoconducto con vigencia hasta el final del juicio que dirime su solicitud de habeas corpus. La sesión para evaluar los méritos del caso está programada para el 4 de abril.
Los abogados del exmandatario solicitaron la suspensión temporal debido a que el lunes podría haberse emitido una orden de arresto para quien alguna vez fuera un político sumamente popular.
Lula, quien encabeza las preferencias rumbo a las elecciones presidenciales de octubre próximo, fue condenado el año pasado por hacer favores a la compañía constructora OAS a cambio de una promesa de un departamento frente al mar. La condena fue ratificada en enero por un grupo de magistrados federales, que incluso aumentó la sentencia a 12 años y un mes de cárcel.
De acuerdo con las leyes brasileñas, Lula podría comenzar a cumplir su sentencia debido a que se ratificó la condena. Podría seguir apelando ante tribunales mayores mientras se encuentra encarcelado.
En una votación inicial de 7-4 el jueves, el Supremo Tribunal Federal decidió que la petición de Lula era aceptable, propinándoles un duro golpe a sus adversarios, quienes preveían que se rechazara la solicitud de habeas corpus del exmandatario.
La presidenta del Supremo Tribunal Federal, Carmen Lucía, no respondió durante semanas a la solicitud de Lula. Pero cambió de parecer y programó la votación del jueves ante la intensa presión, un indicio del peso que Lula aún conserva a pesar de la condena por corrupción y varios casos pendientes en su contra.
Incluso uno de los jueces que se ha expresado en contra del expresidente votó a su favor, mientras que a las afueras de la corte en la capital, Brasilia, algunos manifestantes protestaron para pedir el encarcelamiento de Lula.
“Estoy cómodo con esto porque es difícil decir que tengo alguna simpatía por el Partido de los Trabajadores”, dijo el juez Gilmar Mendes en referencia al partido de Lula.
Lula y su equipo legal han argumentado siempre que la condena por corrupción y todos los casos en su contra son una cacería de brujas con la intención de mantenerlo fuera de las boletas electorales este año.
José Roberto Batochio, abogado de Lula, señaló que los derechos constitucionales de su cliente serían violados en caso de que no se le permitiera permanecer en libertad hasta que haya un veredicto final, un proceso que podría tomar años.