Si busco artículos anteriores, estoy seguro de que debo haber escrito varias veces sobre la inseguridad que tanto preocupa a nuestras autoridades y sin duda, a todos los ciudadanos que la padecemos a diario.Es un fenómeno que afecta a muchos países y si nos comparamos con otros, lo que es una costumbre, no somos de los países más inseguros de Latinoamérica. Esto no es un consuelo, porque todo aquel que haya sido víctima de estos desalmados asesinos, estoy seguro de que poco le importan las estadísticas.
Yo empezaría por resaltar la necesidad de actualizar a la Policía con mejores equipos, ya que tienen que enfrentar bandas mucho mejor equipadas que ellos. Se acaba de hacer un aumento de sueldo, que debió hacerse hace mucho tiempo y establecer una política salarial que dignifique la profesión del policía.
Por múltiples oportunidades los gobiernos han establecido planes para combatir la criminalidad. Barrio Seguro fue una iniciativa que dio algunos resultados pero terminó fracasando.
No tengo la menor duda de que la criminalidad es uno de los problemas que más afecta a un mandatario. El presidente Medina ha hecho muchos esfuerzos, ahora se habla de la operación Relámpago, que procura, entre otras cosas, desarmar a la población que porta armas ilegalmente.
Recuerdo una iniciativa de cambiar juguetes por armas, y el proyecto de ley que promovió y logró aprobar el diputado Ito Bisonó, reglamentando el uso y la edad para portar armas.
Incluso, la población afirma que cuando aumenta la ola de criminalidad es probando a un nuevo jefe de policía o tratando de afectar al incumbente, lo que me parece más folclore popular que realidad.
Lo que sí es cierto, es que estamos consternados frente a la ola de asaltos, asesinatos que ocurren a diario, donde las mujeres se han convertido en el blanco favorito, sin que esto quiera decir que a los hombres nos perdonen.
Podríamos decir que es una epidemia, pero culpar a un gobierno sería injusto. Es un sistema donde no ha sido posible establecer una política clara, coherente y con recursos. Muchas veces he dicho que tenemos la mejor policía por lo que les pagamos, por lo poco que los entrenamos, la ausencia de planes de vivienda, seguros de vida, planes vacacionales.
El auge del narcotráfico es otro factor que incide en la seguridad. Hace muchos años se pagaba en efectivo por ser nuestro país puente hacia los Estados Unidos; ahora se paga en especie y eso lleva a un microconsumo que necesita dinero para pagar el vicio.
No hace mucho tiempo, veía una película basada en hechos en la ciudad de México, donde las autoridades se quejaban del poco apoyo de los Estados Unidos para combatir el narcotráfico, ya que como diría un economista los grandes consumidores no son los países de la periferia sino la gran nación del norte.
Incluso, en algunas series de televisión he visto cómo nos tachan de responsables del narcotráfico en Nueva York, poniendo incluso hasta nuestra bandera. Parecería ser que las drogas llegan a los puertos estadunidenses y se reparten desde el contendor, que no hay bandas y autoridades inmiscuidas en este crimen a la humanidad.
La criminalidad tiene otras causantes, como lo son la falta de educación, la ausencia de viviendas adecuadas, la falta de salud, ausencia de oportunidades para nuestros jóvenes y la marginalidad. La diferencia entre los que tenemos mucho y los que apenas tienen para mal comer.
En mi artículo de la semana pasada decía, refiriéndome a los modelos de apertura de mercado, que había que reinventar el sistema, creo que para combatir la criminalidad es necesario también reinventar el sistema.
Construcción de parques y canchas deportivas; combatir la corrupción y la evasión para crear modelos diferentes; una sociedad en valores, donde la forma de mejorar económicamente deje de ser engañándonos unos a otros. Que los jóvenes tengan modelos que les enseñen el valor del trabajo, de la honestidad y no el modelo de hacer dinero fácil por la vía de la criminalidad o de la corrupción.
Los medios de comunicación tienen que jugar un papel importante, hace pocos días leía declaraciones de Huchi Lora y Alicia Ortega, donde se quejaban de la forma negativa en que incidían muchos medios de comunicación, promoviendo la vulgaridad y la facilidad de hacer dinero por vías que no son el trabajo digno.
Las redes sociales tienen que jugar un papel importante, en un tuit, que publiqué en mi cuenta, decía que los jóvenes deben mandar mensajes positivos que generen valores, porque de ellos es el futuro.
Por último, no podemos olvidar la justicia. La complicidad y benignidad de algunos jueces, porque reconozco que hay magistrados ejemplares, deben imponer penas ejemplarizantes para que el castigo sea un medio disuasivo a cometer crímenes.
Los políticos nuestros tienen que ponerse de acuerdo en muchos temas que van más allá del interés partidario, que son temas que afectan a la nación y que incidirán positivamente o negativamente en el país que todos queremos y un tema sin dudas lo constituye la seguridad.